En los tres primeros meses del año pasado llegaron a Europa 22.500 inmigrantes, un tercio de la cifra del primer trimestre de 2015, que ya alcanza los 57.300.
Otro trágico dato donde se ve esta gran diferencia es en las muertes que se han producido en el mar. Según Acnur, el año pasado fallecieron 17, mientras que en los tres primeros meses de 2015 la cifra asciende a los 950 fallecidos.
Este incremento se debe en gran parte a la actuación de las mafias que hacinan a miles de personas en viejos cargueros y los dejan a la deriva sin tripulación. Las principales puertas de entrada por el Mediterráneo son Italia y Grecia, pero también es muy importante el acceso por tierra de los Balcanes.
Hay que recordar que detrás de cada una de estas cifras hay una historia personal. Vienen de Afganistán, Eritrea, Somalia... Sus procedencias son diversas, pero no su objetivo es único, el de buscar una vida mejor. Ése es el caso de Mohamed e Ilia, dos gemelos sirios que como muchos de sus compatriotas han escapado del conflicto que asola su país, y para lograrlo no han tenido más remedio que poner sus vidas en manos de mafias sin escrúpulos.
"Nos encerraron en camarotes inmundos sin apenas nada que comer. Nos insultaron y maltrataron, una tortura... además de todo el dinero que nos han pedido", explica. "Si nos hubiésemos quedado allí, habríamos muerto seguro... y como sólo se muere una vez, por eso hemos decidido arriesgarnos", añade.
La tarifa exigida por estas redes para un viaje en el que no se garantiza la llegada a buen puerto es de 6.500 euros. La cifra de muertos por el deplorable estado de las embarcaciones se ha multiplicado por 60 en tan sólo un año.
Leopoldo Manna, jefe de guardacostas de Italia, señala que "el domingo pasado recibimos 27 llamadas casi simultáneas. De domingo a lunes rescatamos a 3.500 personas. Si se cumplen los pronósticos de buen tiempo para los próximos días, con mar en calma, la llegada de estos barcos se multiplicará".
Las mafias operan principalmente desde Libia, un país sumido en el caos tras la caída de Gadafi, y donde los yihadistas del Estado Islámico se están haciendo fuertes a apenas 300 kilómetros de Italia. Matteo Renzi, el primer ministro italiano, se encuentra en Washington donde ha solicitado la ayuda de la Casa Blanca.
