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RECHAZA LA RECUSACIÓN A LOS JUECES Y EL RECURSO AL 61

El Supremo acepta la reproducción en el juicio de una parte de las escuchas

El tribunal ha aceptado que se escuchen "parte" de las conversaciones entre los cabecillas de la trama Gürtel y los abogados, aunque previamente decidirá cuáles son los fragmentos de interés. En cambio, ha rechazado la recusación de los magistrados y el recurso al 61. La sesión se retomará a las 17:00 horas.

El tribunal ha rechazado las recusaciones a los magistrado Luciano Varela y Manuel Marchena, al afirmar que esta cuestión ya fue resuelta en las resoluciones anteriores.

También ha rechazado la petición de recurso a la Sala del 61, argumentando que "es una previsión legal que no es renunciable", ya que es lo previsto por el Poder Legislativo y por tanto, "guste o no guste", el Supremo no puede intervenir en las decisiones del Parlamentoo corresponde al legislativo.

En cuanto a la escucha de nuevas pruebas, se acepta en parte. Las conversaciones de los acusados con sus letrados se escucharán siempre que se justifique el interés. Será el Tribunal quien decida qué fragmentos se volverán a escuchar.

La defensa ha alegado que se ha perdido en la explicación sobre qué grabaciones se pueden reproducir y ha pedido hablar con posterioriedad con el Tribunal. No obstante, el tribunal acepta que testifique el funcionario del juzgado de Garzón Vicente Maroto, y que esa comparecencia sea este miércoles por la mañana.

Tras esta exposición, el magistrado ha anunciado un receso para comer, por lo que la sesión se retomará a las cinco de la tarde.

Peticiones del abogado de la defensa
El abogado de Garzón, Baena Bocanera, había vuelto a plantear la recusación de los magistrados Luciano Varela y Manuel Marchena, por considerar que su imparcialidad está comprometida al ser estos, respectivamente, los instructores de las otras dos causas abiertas a Garzón en el Supremo: la relativa a la Memoria Histórica y la que le investiga por los patrocinios de los cursos que impartió en Nueva York entre 2005 y 2006.

También plateó al tribunal que se permita a Garzón la posibilidad de presentar un recurso de apelación ante la Sala del 61 del TS, encargada de los casos de aforados, ya que no está prevista esa posibilidad, lo que en opinión del letrado impide al magistrado "ejercer un derecho plenamente reconocido".

Garzón, que no se sienta en el banquillo de los acusados, sino en el estrado reservado a los letrados vestido con toga y puñetas, se mantiene atento a la intervención de su abogado, que también ha denunciado la "discriminación" que ha sufrido, al haber excluido el tribunal como prueba el auto del magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), Antonio Pedreira, que prorrogó las escuchas ordenadas por Garzón.

Medio centenar de personas apoyan a Garzón a su llegada
El juez Baltasar Garzón llégó a las 10.11 horas al Tribunal Supremo, donde encara el primer juicio que tiene pendiente en este órgano por los presuntos delitos de prevaricación al ordenar la intervención de las conversaciones que los implicados en la trama 'Gürtel' mantuvieron en prisión con sus letrados.

A su llegada al alto tribunal, el aún titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 ha estado rodeado de medio centenar de personas que le han gritado mensajes de apoyo mientras se referían a uno de los acusadores particulares, el abogado y ex fiscal Ignacio Peláez, como "fascista", "nazi" y "traidor". También podía escucharse "fuera fascistas del Tribunal Supremo".

Garzón ha entrado al tribunal tranquilo y sonriente y no ha querido hacer declaraciones, mientras escuchaba mensajes de apoyo como "hay que juzgar al franquismo criminal" ,"tenemos memoria, queremos justicia", o "fuera fascistas del Tribunal Supremo", la mayoría alusivos al segundo de los juicios que tienen pendiente el juez, por investigar el franquismo careciendo de competencia para ello.

Tras la llegada de Garzón al Tribunal Supremo, sus compañeros de la Audiencia Nacional que han acudido a arroparle en el inicio de su primer juicio en el TS, entre ellos los magistrados Santiago Pedraz y Fernando Andreu y la fiscal Dolores Delgado, han abandonado la sede del alto tribunal.

 

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