El expresidente de la ANC y diputado de JxCat, Jordi Sànchez, ha defendido que su opción en Cataluña es que el candidato de su grupo parlamentario, Carles Puigdemont, presida "un Govern normalizado y trabajando desde la plaza Sant Jaume" de Barcelona, sede de la Generalitat. "No es fácil, pero no es imposible. Tenemos tiempo para encajar todas las piezas y comenzar bien la legislatura respetando el mandato de las urnas", ha asegurado en una entrevista al periódico 'Ara' desde la cárcel de Soto del Real (Madrid), donde se encuentra junto con el líder de Òmnium, Jordi Cuixart.
Sánchez sostiene que el independentismo encontrará la manera para desencallar la investidura y rechaza la convocatoria de nuevos comicios en Cataluña: "No veo ningún motivo para unas nuevas elecciones. No sé qué resolverían". "Hasta donde sé, el presidente Puigdemont continúa siendo el candidato a ser investido por la mayoría independentista", por lo que rehúsa especulaciones sobre alternativas como la de él mismo como candidato a la Generalitat.
Sobre la entrada de manifestantes en el Parc de la Ciutadella de Barcelona, que acoge el Parlament, el día en que el presidente de la Cámara, Roger Torrent, decidió posponer el pleno de investidura, ha apelado al civismo y a la no violencia: "Increpar a los representantes del pueblo nos debilita la razón". Dice desconocer si el soberanismo ha iniciado negociaciones con el Estado y ha pedido "buscar estas vías y explorar posibles acuerdos para garantizar una legislatura dentro de la normalidad".
Ha celebrado que en las elecciones del 21 de diciembre el independentismo superó los dos millones de votos, lo que cree que demuestra que "ha llegado a un punto de gran madurez" y que el Govern no manipulo los resultados del referéndum del 1 de octubre.
No obstante, ha pedido asumir que el soberanismo se quedó "por segunda vez a las puertas de la mayoría absoluta de votantes", y ha instado al futuro Govern a realizar políticas de valores republicanos y a trabajar por blindar la mayoría de votantes.
Sànchez dice tener ilusión por salir de la cárcel, donde entró como medida preventiva el 16 de octubre de 2017, pero se ve "preparado para asumir la continuidad en la prisión". Sobre su causa, recuerda que "hay opiniones muy taxativas, en el sentido de que no hay ningún motivo para la prisión preventiva, que provienen de catedráticos de derecho penal de toda España y de magistrados eméritos del Tribunal Supremo", que es el que instruye su caso.
Asegura que el trato con otros presos es correcto y prevé que se lo sancione con 30 días sin poder salir al patio ni realizar actividades conjuntas, lo que lo obligará a permanecer en su celda de las 13.30 a las 19.00 horas, ha explicado, algo que recurrirá.