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GRAN EXPECTACIÓN

Así se ha vivido la primera jornada del juicio al 'procés', el más importante de la historia de nuestra democracia

Los doce acusados al 'procés' llegaban al Supremo a primera hora. Nueve de ellos, los que están en la cárcel, iban dentro de furgones de la Guardia Civil. El resto, los otros tres acusados, han llegado a pie hasta la sala del tribunal donde van a ser juzgados.

Convertido en epicentro judicial y político por el arranque del juicio al 'procés', el Tribunal Supremo ha vivido una desbordada expectación en sus alrededores, con un amplio despliegue policial y periodístico, la presencia de toda la plana mayor del independentismo y protestas de la ultraderecha.

Es la otra cara de un juicio histórico. Mientras en el interior del Supremo podía verse por primera vez la esperada imagen conjunta de los presos independentistas, en el exterior del tribunal se evidenciaba el cóctel de sentimientos encontrados que levanta este nuevo y trascendental episodio del proceso independentista.

Así analiza el especialista en Tribunales de Antena 3 Noticias Miguel Ángel de la Cruz las claves que han marcado este primer día de juicio:

Ya desde las seis de la mañana, cuando aún no había amanecido, centenares de periodistas llegados de toda España y de diversos países del mundo empezaban a situarse ante el TS, con una larga hilera de informadores aguardando a poder acreditarse y una Torre de Babel idiomática.

Hasta 600 periodistas cubrirán este juicio. Es por ello que a muchos de ellos les ha pillado desprevenidos la repentina llegada de los presos en furgones de la Guardia Civil en dirección al interior de la Audiencia Nacional. Desde la larga cola para acceder al edificio, los periodistas han desenfundado con velocidad sus móviles y cámaras para captar el momento.

La preciada foto de los nueve presos ha tenido que esperar hasta el inicio del juicio dos horas después, aunque para escucharles habrá que aguardar a que finalicen las cuestiones previas.

En cambio, sí ha podido verse entrando a pie a otros acusados en libertad como los exconsellers Santi Vila, Meritxell Borràs o Carles Mundó, o su excompañero y ahora abogado Francesc Homs, que han soportado estoicamente los gritos de "golpistas" por parte de algunas personas presentes, que en cambio han aplaudido y aclamado a Santiago Abascal, líder de Vox, partido que ejerce de acusación particular.

Como si fuera la alfombra roja de un gran evento, por el acceso principal han desfilado otros de los actores principales, como el magistrado del TS Manuel Marchena o el presidente de la Generalitat, Quim Torra, flanqueado por el conseller Damià Calvet y el delegado de la Generalitat en Madrid, Ferran Mascarell; en cambio, la esposa de Junqueras ha tenido problemas para superar el cordón policial.

Las familias de los presos y el presidente catalán, previamente, habían encabezado también una concentración de toda la plana mayor del soberanismo a unos metros del Supremo, en la calle Recoletos. "Decidir no es delito", afirmaba la pancarta que han sostenido las dos principales autoridades catalanas, el president Torra y el presidente del Parlament, Roger Torrent, junto a los líderes de las entidades independentistas ANC y Òmnium, de familiares de los presos o de partidos como JxCat, ERC, PDeCAT, Demòcrates, CUP y comunes.

El inicio juicio ha sido así el pegamento perfecto para poder plasmar, por unos minutos, la ansiada y difícil unidad que tanto reclaman los partidos independentistas.

Han posado conjuntamente caras como los republicanos Roger Torrent, Pere Aragonès, Gabriel Rufián, Joan Tardà, Marta Vilalta y Ernest Maragall; dirigentes de JxCat como Quim Torra, Albert Batet o Eduard Pujol; de PDeCAT, como David Bonvehí, Marta Pascal, Míriam Nogueras o Ferran Bel; de la CUP, como Vidal Aragonès; o de los comunes, como Lucía Martín, Jéssica Albiach o Jaume Asens.

Cuando se producía esa fotografía, un grupo de personas se han aproximado con gritos a favor de España y de "traidores", lo que era respondido por cánticos de "Llibertat presos polítics" por los dirigentes independentistas, que han recibido en cambio el apoyo de entidades de diversas partes de España con pancartas a favor del derecho a decidir, lazos amarillos y banderas republicanas.

Un cóctel agitado de sentimientos contrarios que ha sido la tónica repetida en multitud de ocasiones en las calles adyacentes al Supremo a lo largo de la mañana, donde se han ido acumulando decenas de manifestantes de ultraderecha o favorables a la unidad de España.

Mientras la comitiva independentista intentaba acercarse al recinto judicial -sin éxito, ya que la Policía no lo ha permitido-, eran insultados con gritos de "terroristas" por parte de la Falange y miembros de ultradereecha que se manifestaban a pocos metros. Pero no eran los únicos.

También algunos ciudadanos que se iban cruzando a pie de calle o en coche con el amplio grupo de dirigentes, con Rufián a la cabeza, les han lanzando improperios e insultos. "Nos han puesto cara al sol", ironizaba el diputado de ERC en el Congreso al pasar junto a la Plaza de Colón, donde un sol radiante competía con el intenso frío de Madrid.

El vasto dispositivo de seguridad no ha impedido, sin embargo, que miembros del grupo neonazi Hogar Social Madrid lograran desplegar una pancarta en la zona de prensa a metros del TS; la Policía rápidamente la ha requisado y los ha desalojado del lugar.

Ya fuera del perímetro, entre un grupo de manifestantes a favor de la unidad de España, un peculiar hombre destacaba entre los demás con una curiosa combinación en su camiseta -la bandera de España y un lazo amarillo- y un cántico dirigido a los coches que circulaban cerca, reivindicándose como "¡el relator!¡el relator!".

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