La Junta de Portavoces del Congreso, en la que están representados todos los grupos parlamentarios, aborda el formato y el reparto de los tiempos del debate de investidura del candidato socialista, Pedro Sánchez, que comenzará el miércoles 2 de marzo.
El Reglamento del Congreso establece en tres de sus artículos cómo se desarrolla el debate más importante de cada legislatura pero después son los propios grupos los que se ponen de acuerdo para consensuar un formato que pueda sumar los intereses de todos.
Lo previsible es que el pleno comience hacia las 12.00 horas del 2 de marzo, con la lectura de la propuesta de candidato por parte de uno de los secretarios de la Mesa del Congreso. A continuación, Pedro Sánchez expondrá sin limite de tiempo el programa político del Gobierno que pretende formar y para el que solicita la confianza de la Cámara.
Tras un receso para la comida, intervendrán ya por la tarde cada uno de los portavoces de los grupos parlamentarios de mayor a menor y por un tiempo de 30 minutos, comenzando por el líder del PP, Mariano Rajoy. Según el Reglamento, Sánchez podrá hacer uso de la palabra cuantas veces lo desee, y responder por separado a cada uno de los portavoces, que tendrán otros diez minutos de réplica.
Lo previsible es que el debate continúe el jueves 3, jornada en la que se producirá la primera votación una vez que acabe el debate, lo que todo indica que no se producirá hasta el mediodía de ese día.
Si Pedro Sánchez obtiene la mayoría absoluta del Congreso -176 votos a favor- ya será investido presidente del Gobierno, de lo contrario necesitará una segunda votación pasadas 48 horas, lo que llevaría esa segunda votación al sábado 5 de marzo. Ahí ya le bastaría mayoría simple, esto es, más votos a favor que en contra.
Ese día y antes de la segunda votación se produciría un debate en formato reducido, con una primera intervención de Sánchez por espacio de diez minutos y réplicas de otros cinco minutos para los portavoces.
De no conseguir Pedro Sánchez tampoco el respaldo del Congreso comenzaría a correr el plazo de dos meses que marca la Constitución para la disolución automática de las Cortes y la convocatoria de elecciones, en el caso de que nadie consiga ser investido.
La fecha de convocatoria sería aproximadamente hacia el 3 de mayo -dos meses exactos desde la primera votación de investidura fallida-, lo que aplicando la normativa electoral lleva la fecha de las elecciones al 26 de junio, 54 días después de la disolución de las Cortes.
