Inspectores que rastrean plataformas y patrullas policiales: así se quiere acabar con los alojamientos turísticos ilegales en Lloret de Mar

Casi 300 casas de ensueño se alquilan ilegalmente en Lloret de Mar, en Girona. El Ayuntamiento ha decidido ponerse manos a la obra para luchar contra estos alojamientos turísticos ilegales. La oferta se dispara esta temporada, y calculan que más de 200 viviendas se estarían anunciando sin licencia, lo que representa un 10 % de la oferta total del municipio.

El consistorio ha contratado a un equipo técnico encargado de localizar a los propietarios que publicitan sus viviendas en plataformas de alquiler por un período inferior a 31 días y que carecen de licencia. El primer paso consiste en “rastrear haciendo un trabajo de hormiguita” en las plataformas. Allí buscan pruebas, pistas, elementos arquitectónicos en las fotos de esos anuncios y comprueban que tengan licencia y estén registrados. Nos explican que buscan detalles para identificar propiedades antes de personarse en el lugar. Por ejemplo, “una barandilla puede ser muy característica” o “la forma de la piscina”, añaden.

La policía local clausura alojamientos

Una vez localizado el posible infractor, la policía local se persona en la casa sospechosa para contactar con el dueño y clausurar el alojamiento. Lo hacen con un cartel informativo muy visible. Así empieza el proceso sancionador. De momento, ya se han impuesto 23 multas de 20.000 euros a cada vivienda ilegal, ya que “comercializar y hacer negocio con una vivienda turística sin licencia es una infracción grave”.

Los que sí ejercen esta actividad de forma correcta tienen una placa identificativa en su puerta donde se informa del número de licencia, un teléfono de incidencias y el número de personas que se pueden alojar en el interior. Esta placa garantiza que estamos ante un alojamiento con todos los permisos en regla.

Alquileres con licencia contra ilegales

En Lloret de Mar hay más de 2.200 viviendas de uso turístico y calculan que el 10 % son ilegales. Así lo explica Frederic Guich, concejal de Turismo de Lloret de Mar: “No podemos permitir que los que están haciendo bien su trabajo mantengan esta competencia desleal”, y añade que es una práctica que no solo genera ruidos y problemas de convivencia a los vecinos, sino también un problema de seguridad: “No hay registro de viajeros, no sabemos quién llega”.

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