Alquilar una vivienda en algunas ciudades es algo casi imposible. Es el caso de Barcelona: hemos encontrado un anuncio de alquiler de una habitación por 650 euros al mes. Son cinco habitaciones y hay hueco para tres chicas. ¿La razón? Hay que compartir piso con la madre de 85 años y una tía mayor.
La burbuja inmobiliaria afecta ya incluso al alquiler de las habitaciones, que ha subido un 18% en el último año. Para un cuarto pequeño ubicado en el centro de Barcelona, pueden pedir unos 700 euros al mes.
Hasta hace poco la mayoría de estos inquilinos eran estudiantes pero ahora hay cada vez más gente con un trabajo precario y que no tiene más opción. Por ello, lo que antes era una situación temporal ahora se ha convertido en algo definitivo para muchos.
Normalmente de por medio no hay ningún tipo de contratos, sino acuerdos verbales e ilegales. Es una situación que está fuera de control y que ha puesto en guardia a las administraciones.
Intentamos buscar una habitación en el centro de Barcelona y encontramos, por ejemplo, un ático sin amueblar a escasos metros de la Sagrada Familia. Te ofrecen compartir cocina, baño y salón por 850 euros.
Alba vive en Bilbao y ella paga menos de 300 euros. Sin embargo, el próximo mes de septiembre se muda a Barcelona y su situación no parece fácil. Ha encontrado ofertas de pisos en los que tendría que compartir casa con otras tres personas por 600 euros.
El concejal de Vivienda de Barcelona, Josep Maria Montaner, ha explicado que el Observatori Metropolità d'Habitatge está realizando un estudio sobre el precio de la vivienda en el área metropolitana de Barcelona, y que pedirán a la Generalitat que regule los precios de los alquileres y al Gobierno central que modifique la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU).
En declaraciones a los medios, Montaner ha dicho que la situación de los precios es fruto de la presión del mercado inmobiliario, incluidos los de las habitaciones de alquiler, que se ofrecen a precios cercanos al de viviendas enteras y sin control.
Preguntado por la capacidad de actuación del Ayuntamiento ante estos casos, ha dicho que el consistorio "solo puede intervenir de acuerdo con la Ley de Vivienda de 2007, que permite la intervención en casos de 'infravivienda", y ha reclamado que sin una norma establecida por la Generalitat, el Gobierno municipal no puede intervenir más.
El concejal ha afirmado que "la lucha central es conseguir que las ciudades tengan competencias para regular los precios del alquiler", una medida que ha considerado lógica cuando el mercado se ha desbocado y está en peligro la calidad de vida de unos sectores de la sociedad, según él.
También ha sentenciado que "Barcelona se encuentra en una burbuja más peligrosa que la de 2008 porque hereda efectos de la anterior y tiene una maquinaria mucho más perversa", y ha lamentado que si no se regulan los precios del alquiler, los vecinos serán expulsados de sus hogares.
