China creció un 7,4% durante los tres primeros meses del año, una cifra mejor de lo esperado por los analistas pero que confirma la tendencia a la ralentización de la segunda economía mundial por la puesta en marcha de reformas estructurales y el reajuste de su modelo de crecimiento.
Según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas del país (NBS), el PIB chino alcanzó los 12,82 billones de yuanes (2,07 billones de dólares, 1,5 billones de euros) en un primer trimestre en el que la economía china "se enfrentó a un entorno económico severo", según admitió el portavoz del organismo, Sheng Laiyun, en una rueda de prensa.
El Gobierno chino se ha fijado para este 2014 un objetivo de crecimiento mínimo del 7,5%, después de que la segunda economía mundial creciera un 7,7% en 2013 y 2012, un 9,3% en 2011 y un 10,3% en 2010."Es imposible sostener el crecimiento a doble dígito que hemos registrado anteriormente", afirmó con contundencia Sheng, quien añadió que la ralentización económica es "el precio a pagar" por los esfuerzos de transformación del modelo económico del país.
De hecho, el portavoz destacó que el Gobierno "llevó a cabo acciones decisivas e hizo esfuerzos para implementar las reformas necesarias" y que, a pesar de la bajada de la tasa de crecimiento con respecto a años anteriores, "la economía tuvo un comienzo de año estable y constante".En los primeros tres meses del año, sin embargo, la depreciación del valor del yuan, los primeros impagos de obligaciones corporativos de la historia del país y la evidente caída del crecimiento del comercio exterior y la actividad industrial han puesto sobre la mesa la posibilidad de que el "aterrizaje" de China sea más brusco de lo esperado.
El profesor de Economía y Finanzas de la Escuela de Negocios China-Europa (CEIBS), Xu Bin, señaló que las principales causas de la ralentización son la menor inversión en el sector inmobiliario, la bajada de las exportaciones y la reducción del crédito a las empresas. El portavoz de la NBS aseguró que un crecimiento entre el 7 y el 8% "está dentro del intervalo razonable" y reiteró que las autoridades se centran en aspectos como el nivel de empleo o los ingresos de la población, prioridades para garantizar la estabilidad social en China.
En este sentido, el académico del CEIBS prevé que en lo que queda de año el crecimiento de China esté alrededor del 7,5% y que es "muy probable" que el Gobierno lleve a cabo alguna medida de estímulo -aunque no de gran calibre- para evitar que se caiga por debajo del 7,2%.
"No se puede descartar tampoco que se lleve a cabo un estímulo moderado como la reducción del coeficiente de caja de los bancos si la economía da señales graves de desaceleración", añadió Xu.China está llevando a cabo reformas pro-mercado para conseguir que su modelo económico dependa menos de las exportaciones y la demanda externa y más del consumo interno.