Conciertos

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Polémica

Sacar el móvil en los conciertos, ¿sí o no?

En el último concierto de Rosalía, hubo una queja generalizado ajena a la artista, el exceso de móviles grabando el espectáculo

En resumen
  • En los últimos años, otros artistas se han unido a esta queja como Robe Iniesta o Jack White
  • Un estudio afirma que hacer fotos nos hace disfrutar más de los acontecimientos

El concierto de fin de gira de Rosalía en el Wizink Center de Madrid, ante la expectación de cerca de 16.000 personas, fue todo un éxito aunque hubo una queja generalizada: la artista en realidad estaba actuando para un océano de smartphones, y bastan solo unos segundos de la actuación para darse cuenta de ello.

Esta polémica se hace cada vez más patente en todo tipo de eventos culturales a medida que le damos un mayor uso al teléfono móvil en nuestro día a día. Además, muchos son los artistas que han protestado ante este hecho.

Hace ya algún tiempo músicos como el fallecido Prince, el grupo Yeah, Yeah, Yeahs, Chris Rock o Jack White mostraron su oposición a la escasa atención sin móviles de por medio en los conciertos. Este último, envió un comunicado avisando de que los móviles estarán prohibidos en sus conciertos. "No se permitirán dispositivos de grabación de audio, vídeo ni fotografía. Creemos que disfrutarás más dejando de mirar tu móvil por un rato y experimentando la música en primera persona". "La gente no está viviendo el momento, solo lo documenta", ha explicado en alguna ocasión el líder de los White Stripes, "distraen a la gente que está al fondo y que está tratando de ver realmente el show".

Otro ejemplo es el de la británica Adele, que hace un par de años, durante un concierto en Italia, interrumpió su show para recriminar a una espectadora que la estaba grabando. "Oye, escucha, ¿puedes parar de grabarme un momento? Porque estoy aquí en carne y hueso y puedes disfrutar del directo".También Roger Water, ex miembro de Pink Floyd, se ha atrevido a declarar que "por mi parte, nunca encendería un teléfono en ningún evento musical".

"Por mi parte, nunca encendería un teléfono en ningún evento musical"

Roger Waters

En los últimos años, otros artistas se han unido a esta queja como U2 o Mumfords and Sons, que han prohibido en alguna ocasión los teléfonos en la sala con la excusa de querían "crear un momento íntimo en el que la gente no estuviera revisando lo último que habían grabado". También iconos como Van Morrison anunciaban por megafonía previa al concierto que si se veía algún flash, la actuación se cancelaría. Y otros, como Alicia Keys, han solicitado en múltiples ocasiones que los móviles se guarden bajo llave en los conciertos.

Después de años sin dirigirse al público durante un concierto, Bob Dylan lo hizo este año en Viena molesto ante las fotos que le tiraban. El músico estadounidense se encontraba interpretando 'Blowin in the Wind' cuando cogió el micrófono y dijo: "Podéis tomar fotos o no. Podemos tocar o podemos posar. ¿De acuerdo?".El músico es tajante: nada de fotografías en sus conciertos. Tiene una estricta política al respecto. Se informa por los altavoces de los recintos antes de los shows que los vigilantes de seguridad podrán requisar todo móvil que vean grabando vídeos o tomando fotos.Estos guardias, sentados frente al público, no descansan durante toda la actuación llamando la atención con un láser o en persona e incluso requisando algún móvil que luego se devuelve a la salida. Si la persona en cuestión no quiere entregarlo, se le obliga a abandonar el concierto con su móvil en la mano.

"Podéis tomar fotos o no. Podemos tocar o podemos posar. ¿De acuerdo?"

Bob Dylan

King Crimson, por su parte, es aún más contundente que Dylan: Robert Frypp, líder del grupo británico, impone cero tolerancia con los móviles. Los vigilantes te lo quitan a la primera, sin oportunidades. También se avisa por los altavoces y se invita a los asistentes a algo que parece obvio, pero a veces no lo es tanto: a disfrutar con los sentidos, sin pantallas. "Prohibido sacar un móvil durante el concierto. Solo se puede grabar con los ojos y la mente", decía una voz femenina antes del último concierto de King Crimson en Madrid en noviembre de 2016.

En España, Robe Iniesta tampoco deja que se grabe con el móvil."Un concierto es un lugar donde se va a experimentar una catarsis colectiva y a vivir un momento único, con el móvil apagado, o en silencio como poco", sentencia el fundador de Extremoduro.

Condicionantes legales

Una cuestión importante y que no se suele tener en cuenta son los condicionantes legales. Grabar un directo, por ejemplo, supone una infracción de los derechos de los organizadores de eventos y músicos. Estos tienen el derecho exclusivo de autorizar la fijación de sus actuaciones, así como los derechos exclusivos de reproducción y comunicación pública de esas fijaciones. Otra cosa es que puedan hacer la vista gorda o incluso prefieran que se les grabe y distribuya mediante redes sociales.

Aunque parece que todos damos por hecho que disfrutar del momento y grabar con el móvil son cosas contradictorias, lo cierto es que la investigación científica lo descarta. La investigadora Kristin Diehl y su equipo de la Universidad del Sur de California han publicado nueve estudios en el 'Journal of Personality and Social Psychology' en los que analizan distintas situaciones como una visita en autobús, comer en un restaurante o asistir a un concierto.

A la mitad de los participantes se les prohibió hacer fotos y a la otra mitad se les pidió que las hicieran. Posteriormente, los investigadores evaluaron de distintas formas la satisfacción de las experiencias que estaban estudiando. Y lo que encontraron, sorprendentemente, es que hacer fotos nos hace disfrutar más de los acontecimientos. Según estos investigadores, la respuesta parece ser que hacer fotos y vídeos ayuda a incrementar nuestra sensación de inmersión. Esto es importante porque quiere decir que, en cierta forma, las fotografías y los vídeos actúan como amplificadores. O sea, que si la experiencia es negativa las fotografías empeorarían la experiencia porque ayudarían a potenciar nuestras malas sensaciones.

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