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Un paseo por la España vaciada

Pueblos medievales, castillos, un tesoro mozárabe... estos son los motivos para perderse en Soria

Son tierras que hace mil años fueron una violenta frontera. Feudos cristianos al norte, imperio musulmán al sur. Y el río Duero como límite en disputa. Esos años dejaron en estas tierras de Soria una herencia de castillos, pueblos medievales, una delicada ermita mozárabe.

Faltaban veinte minutos para el mediodía. A esa hora debía salir de la catedral la procesión en honor del patrón de Burgo de Osma. Las campanas tañían llamando a misa. Hasta que una de ellas se desprendió de su yugo y cayó al vacío desde cincuenta metros de altura. Era el 2 de agosto de 2010. Nueve años después una placa en el suelo de la calle recuerda el lugar en el que cayó la campana.

Más pequeño que Burgo de Osma es Calatañazor. Con 56 habitantes censados, sus calles son un gran ejemplo de arquitectura popular medieval. La empedrada calle Real es la columna vertebral de un homogéneo conjunto de casas con planta baja de piedra sobre la que crece una primera planta con entramado de madera de sabina y relleno vegetal y de adobe.

Para quien tenga una cierta edad le sonará la frase: "en Calatañazor perdió Almanzor el tambor". Un busto en la calle principal recuerda al general del califato cordobés que perdió aquí una batalla fundamental en el año 1002 y poco después la vida. En otra parte del pueblo, una placa recuerda otro hecho histórico para sus vecinos más recientes: en 1965 'San Orson Welles', señala literal, rodó aquí 'Campanadas a Medianoche'.

No dejó tan buen recuerdo a los sorianos otro norteamericano, el que expolió 23 de los frescos de la Ermita de San Baudelio, considerada la 'Capilla Sixtina del arte mozárabe'. Esta pequeña construcción de finales del siglo XI tenía todos sus muros, bóvedas y columnas interiores cubiertos de frescos pintados directamente en el enlucido de yeso.

También difícil de olvidar es la fortaleza de Gormaz, la mayor de Europa hace mil años. La imagen de su kilómetro de murallas coronando una solitaria meseta que sobresale en las llanuras cercanas al Duero da idea de su importancia estratégica. Era una fortaleza musulmana desde la que se dominaba estas tierras de frontera. Desde su puerta califal con arco de herradura de estilo inconfundiblemente cordobés y desde sus murallas se alcanza a ver incluso el río Duero.

El final de esta ruta puede ser un rincón de sosiego y tranquilidad. La Fuentona es la charca en la que nace el río Abión. Declarada Monumento Natural en 1998, aquí fluyen al exterior las aguas de diferentes galerías subterráneas. La Fuentona de Muriel y el sendero que recorre los primero metros de este río son un remanso natural de paz en el que terminar este recorrido por el triángulo soriano entre Berlanga de Duero, Burgo de Osma y Calatañazor.

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