Animales
Quolls del norte, los marsupiales en riesgo de extinción por exceso de relaciones sexuales
En la temporada de reproducciones, entre julio y agosto, los quolls del norte son capaces de recorrer grandes distancias para tener el mayor sexo posible, algo que les ocasiona la muerte antes de tiempo.
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Una investigación realizada por la Universidad de Sunshine Coast y la Universidad de Queensland, en Australia, asegura que la vida de los marsupiales está en peligro por ellos mismos. Los quolls del norte, una especie de marsupial pequeño australiano, han renunciado a dormir por tener todo el sexo posible. "Los machos buscarán por todas partes tantas hembras como puedan y parece que su impulso es tan fuerte que renuncian a dormir para tener más tiempo para buscar", explica Christofer Clemente, coautor del estudio y profesor universitario.
La falta de descanso en estos animales les puede ocasionar la muerte, sobre todo a los machos, quienes "suelen aparearse hasta la muerte en su temporada de reproducción, entre julio y agosto". Sin embargo, las hembras "pueden vivir y reproducirse entre tres y cuatro años más", continúa explicando Clemente.
Los investigadores de este estudio creen que esta manera de reproducirse forma parte de su ciclo natural.
Estudio durante 42 días
Para poder llegar a estas conclusiones, durante 42 días, los investigadores colocaron rastreadores en estos animales, en una isla frente a la costa del Norte de Australia, en Groote Eylandt. Los quolls elegidos fueron tanto machos como hembras salvajes que habitan en la zona.
En los primeros estudios, los investigadores concluyeron que estos animales recorren grandes distancias para poder aparearse, en concreto "entre 10,4 y 9,4 kilómetros en una noche", dos de los marsupiales seleccionados. Una distancia que respecto al ser humano equivale "a 40 kilómetros, basada en la longitud de zancada promedio", apunta Clemente.
"La privación del sueño y los síntomas asociados durante un período prolongado hacen imposible la recuperación y esto podría explicar las muertes de los animales después de la temporada de reproducción", incide Joshua Gaschk, otro de los autores de este estudio. La necesidad de estos machos por aparearse hace que dediquen menos tiempo a acicalarse, lo que provoca mayor parásitos en ellos; no buscan comida para alimentarse e, incluso, pierden la alerta del peligro de los depredadores.
Gaschk apunta que esta especie es el mejor modelo para estudiar "los efectos de la privación del sueño en la función corporal".
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