Islas Canarias

Liberada un águila en Gran Canaria tras tres años recuperándose de una grave fractura

El águila fue rescatado en septiembre de 2021 con motivo de una grave fractura en un ala. Ahora ya recuperada, puede volver a volar libre.

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El Cabildo de Gran Canaria ha liberado un águila ratonera (Buteo buteo) en el Jardín Botánico Viera y Clavijo, un ejemplar que fue rescatado en septiembre de 2021 en el municipio de Santa María de Guía con una fractura en el húmero derecho.

Llegó al Centro de Recuperación de Fauna de Tafira (Gran Canaria) con una grave fractura en un ala, pero tras varios años de recuperación de lo que en libertad era una muerte segura, ahora ha vuelto a volar libre.

El equipo veterinario tuvo que intervenirla quirúrgicamente, en una operación que logró fijarle los huesos rotos, y con la que se inició un proceso de recuperación que ha sido largo y delicado. Una vez soldados los huesos fracturados, el águila ha estado recuperando su movilidad en un jaulón de vuelo, recolocando y distribuyendo las líneas de fuerza del hueso roto, hasta estar completamente recuperada.

El águila ratonera es una de las reinas de los cielos de Canarias, con una subespecie propia de las islas. A pesar de las amenazas que sufre, y tras estar en grave peligro de desaparecer, actualmente esta variedad tiene una población en auge. Aunque son consideradas de tamaño mediano, pueden llegar a medir metro y medio de envergadura.

Esta ave liberada posiblemente llegará tarde este año a su periodo de reproducción, pero aún tiene una larga vida por delante, ya que de media suelen vivir entre los 25 y 30 años.

El Cabildo recibe normalmente varios ejemplares heridos cada año de esta especie catalogada como protegida.

El Centro de Recuperación de Fauna de Tafira es una instalación a la vanguardia nacional, que lleva trabajando desde 1981 en el estudio y conservación de la naturaleza. Este centro atiende casi 2.000 animales silvestres al año, de los que un 40% son aves rapaces, además de otras aves marinas y mamíferos marinos como tortugas. El 60% de los animales que llega a esta instalación es por traumatismos a consecuencia de la acción humana, como atropellos, daños por cableados eléctricos, perdigones de caza o golpes contra cristaleras.

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