Están de vacaciones, van a la playa aunque sin embargo siguen trabajando. Mientras la mayoría disfruta del sol, la arena, el agua, la familia y los amigos a ellos los reconocemos al verlos con el móvil en la mano o echando una ojeada en la Tablet. Siguen conectados.
Autónomos y altos ejecutivos quienes más renuncian a un periodo de descanso pleno.
La posibilidad de tener la oficina a un solo click les resta tiempo de asueto.
Pero los psicólogos advierten, no desconectar nos puede incluso inmunodeprimir.
Quizás sea momento de cambiar la tecnología por un cubito de arena.