Llevarse un souvenir del lugar donde se pasan las vacaciones es tradición. El dilema es cuando el recuerdo elegido es un elemento de la propia naturaleza. En islas como Lanzarote, el expolio de rocas volcánicas se ha convertido en un auténtico problema. En el aeropuerto se han llegado a recopilar hasta cincuenta mil kilos en un solo año. Una campaña de AENA en la isla está acabando con esta desafortunada tentación.
Con las piedras que los turistas se han intentado llevar de Lanzarote entre los años 2010 y 2014 podrían llenarse nada más y nada menos que cuatro piscinas olímpicas. Un desastroso expolio del que pocos son conscientes y que va modificando el paisaje a pasos agigantados.
Un problema que afecta a todo el archipiélago, aunque si preguntamos a los que nos visitan, parece que lo tienen claro.
Han pasado 4 años desde que AENA en Lanzarote comenzara una campaña para concienciar de que las piedras, están mejor en su entorno natural.
Queda mucho por hacer, porque mantener la belleza de Las Afortunadas es responsabilidad de todos.
