Todo depende de lo que decida la jueza que tendrá que dar prioridad al derecho al descanso o a la fiesta.
Estos son los mogollones. Y los vecinos de un edificio cercano dicen que no pueden vivir en sus casas cuando se celebra el carnaval de noche
Desde hace diez años se quejan de que el ruido dobla el límite permitido. Este es su edificio. A unos 250 metros está el recinto donde se celebran todos los actos y detrás es donde están ubicados ahora los mogollones. Pero aunque estén más alejados, dicen, no lo soportan.
José dice que en Carnavales se va a un hotel lejos de la ciudad.
Pero otros vecinos eligieron este sitio para vivir precisamente por el ser el centro del carnaval.
El asunto sigue en los tribunales. El ayuntamiento se ha comprometido a incrementar la presencia policial para evitar aglomeraciones y suciedad. Pero sobre todo, se compromete a reducir y controlar el ruido.
La decisión está en manos de la jueza, que mañana se reúne con los vecinos y el ayuntamiento. Mientras tanto, los feriantes y comerciantes no saben si montar o no los puestos.
El ayuntamiento espera llegar a un acuerdo con los vecinos para que ya el viernes se pueda celebrar el primer mogollón.
