Más de tres millones de turistas pasan por Fuerteventura cada año. Y muchos de ellos visitan la Playa de El Hierro, en La Oliva. Un lugar atractivo por la formación de rodolitas. Pequeñas concentraciones de algas petrificadas que parecen roscas o cotufas. No existe ningún control sobre aquellos que se las llevan de recuerdo. Eso puede provocar que la playa deje de ser lo que es.
Concienciar al visitante para que solo se lleven las fotos
Estamos en El Hierro, Fuertenvetura, playa famosa por sus olas y por estar cubierta de palomitas de maíz. Lo parecen pero no lo son. En realidad son rodolitos, algas convertidas en rocas por la acción del mar. Su peculiar aspecto se ha puesto de moda entre los turistas. Y últimamente se ha descontrolado. El problema es que estas “palomitas" necesitan mucho tiempo para formarse, van a milímetro por año, llevárselas supone un daño irreparable. No solo para la fisionomía de la playa. La idea es concienciar al visitante para conservar el recuerdo mejor en fotografía.
