El abandono suele dejar graves secuelas en las mascotas
Hay algo que sobre todo se vende en Navidad. Pero ni se puede devolver, ni se alimenta con baterías. Hablamos de las mascotas. A la hora de comprar un perro o un gato hay que pensarlo dos veces porque cuando se regala por capricho un animal hay muchas posibilidades de que se abandone o se entregue a las perreras, donde son sacrificados si nadie los adopta.
Desde primera hora de la mañana se forman colas para entregar mascotas en la perrera de bañaderos, en Gran Canaria, una imagen que se repite en otras instalaciones similares del archipiélago. Pol fue adoptado hace cinco meses de esa perrera. Estaba en los huesos dice su dueña.
Wendi, en cambio, fue rescatada de la calle hace tan sólo dos semanas. Las secuelas de su abandono aún son visibles.
Con la crisis, el abandono de animales se ha disparado.
Y por ello la preocupación es enorme entre los colectivos animalistas. Por ello piden reflexión a la hora de comprar un perro estas navidades.
Y como dice este abogada, estos animales no son un peluche.
