Un helicóptero policial sigue a cierta distancia a este vehículo blanco. En él viajan varios sospechosos del secuestro de dos hombres. Los agentes quieren localizar la finca de La Rinconada, en Sevilla, a la que se dirigen y en la que pueden estar las dos personas secuestradas.
En la parcela hay tres viviendas: no saben en cuál de ellas mantienen a los rehenes. Grupos de Operaciones Especiales de la Policía entran simultáneamente en las tres casas. En una de ellas localizan a los dos secuestrados. Las víctimas habían acordado una venta de hachís a sus captores por la que habían recibido 90.000 euros, pero uno de sus socios se marchó a Francia con la droga.
"Convinieron en quedar en un lugar para hablar del tema y en ese momento son secuestrados", explica Eli Rebolo, portavoz del Cuerpo Nacional de Policía. "Se les facilita un teléfono móvil para que llamen al hermano de uno de ellos y le soliciten un rescate", añade.
Los secuestradores exigían como rescate los 90.000 euros supuestamente entregados y 10.000 más en concepto de intereses. La Policía detuvo a los cinco captores, a los que incautaron un variado arsenal. Algunas de las armas eran simuladas, pero aparentaban ser reales. " Tienen antecedentes por tráfico de drogas y por algún otro delito, pero no son profesionales del secuestro", añade la portavoz policial.
Uno de los secuestrados tuvo que ser hospitalizado como consecuencia de los golpes recibidos para intimidar a sus familiares. Cada vez con más frecuencia la Policía se encuentra con secuestros motivados por ajustes de cuentas. El último caso, hace dos semanas en Madrid. Uno de los secuestradores llegó a saltar por la ventana para huir.
