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POR CAUSAS DESCONOCIDAS

Muere un taxista tras quemarse a lo bonzo en Tánger

Las razones de que el taxista se quemara a lo bonzo son aún desconocidas. Este caso es el tercero que ocurre en Marruecos en este mes. El pasado lunes un discapacitado se prendió fuego y el día 11 se suicidó una mujer que había sufrido altercados con agentes de la policía por vender comida sin permiso.

Un taxista marroquí de 39 años ha muerto este domingo tras quemarse a lo bonzo en una plaza de Tánger (norte de Marruecos), según han especificado fuentes policiales en la ciudad.

El taxista se prendió fuego a primera hora de la mañana en la Plaza Meca, una zona poco habitada en Malabata, al este de la ciudad, por razones todavía desconocidas, y aunque fue trasladado de inmediato al Hospital Mohamed V, nada pudo hacerse por su vida.

Según las fuentes, el hombre, Nuredín S., soltero, dejó una nota a su familia en la que les pedía perdón por lo que iba a hacer.

El de este domingo es el tercer intento de suicidio "a lo bonzo" en este mes en Marruecos, después de los dos registrados en la ciudad de Kenitra (norte de Rabat), el último de ellos el pasado lunes, protagonizado por un minusválido, quien aún sigue con vida.

Pero el caso que más atención y escándalo ha despertado ha sido el de la mujer que el pasado día 11 murió tras un altercado con agentes del orden debido a que vendía "baghrir" (versión local de las tortas) sin permiso en un puesto ambulante.

El caso de esta mujer, llamada Fatiha, tuvo un gran impacto en los medios digitales marroquíes y las redes sociales, que ponen de relieve el paralelismo con el caso de Mohamed Buazizi, el joven tunecino que se inmoló en Sidi Buzid a finales de 2011 y que, sin saberlo, encendió la chispa de la primavera árabe.

Como le sucedió a Buazizi, la policía marroquí confiscó a la mujer su mercancía de "baghrir" que vendía en un carrito ambulante, y más tarde un funcionario local la abofeteó y humilló en público, lo que empujó a Fatiha al suicidio. Pero además, su hija denunció posteriormente que Fatiha fue dejada sin atención en un hospital durante 24 horas, lo que posiblemente influyó en su empeoramiento y su muerte.

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