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CONVERSACIÓN DE DIEZ MINUTOS

Cameron llama a Rajoy para trasladarle su "gran preocupación" por las tensiones en Gibraltar

El primer ministro británico ha matenido una conversación telefónica con Rajoy en la que le ha hecho saber la preocupación que tiene sobre Gibraltar y en la que ha añadido que su posición sobre la soberanía británica no cambiará. Por su parte, Rajoy ha tildado de "inaceptables" las acciones unilaterales en el peñón.

El primer ministro británico, David Cameron, llamó al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, con el que mantuvo una conversación "constructiva" sobre Gibraltar, informó la residencia oficial de Downing Street.

"Le he dejado claro mis preocupaciones sobre Gibraltar y que nuestra posición sobre la soberanía (británica) no cambiará", afirmó Cameron en su cuenta de Twitter, tras las tensiones entre los dos países por los fuertes controles en la frontera del Peñón con España.

Rajoy matiene que los bloques de hormigón son inaceptables
El presidente del Gobierno le ha trasladado que España tiene la "obligación" de realizar controles en la verja de Gibraltar para "evitar tráficos ilícitos" y ha recalcado que considera "inaceptable" la instalación de bloques de cemento en la bahía de Algeciras.

Según ha informado Moncloa en un comunicado, la llamada telefónica se ha producido a las 10.15 horas de este miércoles y se ha prolongado durante "diez minutos". Fue solicitada por el primer ministro británico hace 24 horas y "aceptada por la parte española para realizarse este miércoles a la hora fijada por el presidente del Gobierno".

Esta llamada se ha producido después de que el pasado viernes Reino Unido convocara al embajador español en Londres, Federico Trillo, para protestar por los controles exhaustivos que están haciendo las fuerzas de seguridad españolas en la frontera con Gibraltar. En la reunión, a la que acudió el 'número dos' de la legación diplomática, España insistió en que estos registros son una "obligación" ya que Gibraltar no forma parte del espacio Schengen.

Según ha informado el Gobierno, Rajoy ha recalcado este argumento en su conversación con Cameron, a quien ha asegurado que las medidas adoptadas "se adecúan perfectamente en el Código de Fronteras Schengen" y se guían "exclusivamente por los principios de aleatoriedad, proporcionalidad y no discriminación".

Situación "generada por Gibraltar"
Además, Rajoy ha atribuido a Gibraltar la tensión que ha surgido, debido al lanzamiento de bloques de hormigón al fondo del mar. Esta situación "generada por las autoridades de Gibraltar" ha producido en España, le ha explicado, "una profundo malestar y una gran preocupación al perjudicar al medio ambiente y la actividad pesquera".  
El presidente del Gobierno ha recalcado al primer ministro Cameron que "el acto unilateral de la instalación de los bloques de cemento en la Bahía de Algeciras" es "inaceptable".

Pese a esto, Rajoy le ha transmitido la "voluntad" del Gobierno de "buscar una solución cuanto antes" a esta situación. Según el comunicado, ambos primeros ministros han acordado que sus ministros de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo por parte española, y William Hague, por la británica, entablarán "inmediatamente" conversaciones para abordar "el diferendo".

En la conversación, el jefe del Ejecutivo ha subrayado que las relaciones bilaterales entre ambos países son las de "socios, amigos y aliados", lo que "implica que los conflictos que surjan entre ambos se tendrían que gestionar con honestidad y transparencia, en un diálogo bilateral enmarcado dentro del respeto a la legalidad internacional, europea y nacional".

España ha denunciado ante la Fiscalía el lanzamiento de hasta 70 bloques de hormigón por parte de empresas contratadas por Gibraltar. Las autoridades del Peñón alegan que pretenden construir un arrecife artificial, pero los marineros españoles y el Gobierno argumentan que pretenden perjudicar la pesca y los intereses de España.

Unos días después, Gibraltar denunció que las autoridades españolas estaban intesificando los controles en la verja, provocando "deliberadamente" retrasos de más de seis horas para cruzarla, una queja que han llevado a la Comisión Europea.

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