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María y Juan esperan que Roberto les entregue los documentos del convento que destapan la trama de los niños robados. Pero Roberto es atropellado antes de acudir a la cita, y los documentos no aparecen. Tanto María y Juan, como Alfredo Palomar, instigado por Enrique, tienen que descubrir dónde fueron escondidos. ¿Quién los conseguirá antes? Si cayeran en manos de Enrique, todo habría sido en vano. María, desesperada con toda esta lucha, ya no confía en ninguno de los suyos, y busca el consuelo de Juan. Pero ¿Puede realmente María confiar en él?
Por otro lado Luisa quiere recuperar a María y hace una gran fiesta familiar invitando a su tata. Pero la fiesta no sale como Luisa se esperaba pues María arremete contra su familia adoptiva mientras que con Fernanda se desvive pagándole una carísima clínica de desintoxicación.
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Irene se derrumba al recordar una dolorosa decisión de su pasado: abandonó a su hija y ahora le gustaría saber de ella
La hermana de don Pedro llora al acordarse de su hija a la que dio en adopción cuando era un bebé.

Joaquín le entrega a don Agustín un sobre con dinero para la adopción, pero el sacerdote considera que no es suficiente
El joven Merino y su mujer siguen adelante con la idea de ser padres, pero tienen algunas dudas.