Primeras conclusiones de las autopsias de la familia fallecida en Sevilla

Los primeros indicios apuntan a la ingesta de alimentos en mal estado, sin embargo, según las pruebas recogidas en el domicilio, la comida estaba en buenas condiciones, comprada en un comercio y correctamente envasada. Además, no toda la familia comió lo mismo. Los tres fallecidos cenaron pescado y la hija superviviente, que se recupera en el Hospital Virgen del Rocío en Sevilla, un bocadillo de jamón.

Se trata ahora de localizar el denominador común entre los cuatro casos, quizá alguna substancia que contaminase los utensilios de cocina. Los investigadores no descartan, de momento, ninguna hipótesis. El padre, Enrique Caño, estaba sumido en una depresión nerviosa y realizó un intento de suicidio hace tres meses. Su mujer, Concepción Bautista, también tenía problemas de salud, a los que hay que unir una situación económica calamitosa. Hay vecinos que aseguran que comían lo que podían.

El juez ha ordenado levantar el secreto de sumario y la Fisacalía de Menores estudia a quién otorgar la custodia de la menor superviviente. Tiene hermanos mayores, por parte de padre, que están dispuestos a hacerese cargo de ella.