Publicidad
LA FAMILIA VA A RECURRIR
Desimputado el único sospechoso de la desaparición de Sonia Iglesias
El caso de Sonia Iglesias, la joven gallega desaparecida en extrañas circunstancias hace cuatro años, ha dado un nuevo giro. El único sospechoso, su pareja sentimental, ha sido desimputado.
Han pasado casi 4 años de la extraña desaparición de Sonia Iglesias y no hay absolutamente nada que de luz al caso. Era agosto de 2010. Sonia Iglesias y su pareja Julio Araujo desayunaron en una cafetería del barrio pontevedrés de San Roque. Ella después fue a una zapatería y sobre las 10 de la mañana se acercó hasta el centro para hacer unos recados. Nadie la volvió a ver jamás. No acudió a una cita con su hermana y tampoco se incorporó a su puesto de trabajo.
Fue su propia pareja la que dio la voz de alarma. Comenzaron las labores de búsqueda. Hasta los vecinos de la joven ratrearon palmo a palmo los alrededores. Lo único que se encontró fue la cartera de Sonia en un poblado chabolista a las afueras de la ciudad y su dni cerca de donde vivía.
La investigación continuó y todos los indicios apuntaban a él: Julio, su pareja. Fue la primera y última persona que estuvo con ella ese día. Él siempre ha dado la callada por respuesta. La familia de Sonia siempre ha dudado de su inocencia. Después de la desaparición, descubrieron que era una mujer maltratada. Fuentes de la investigación también desconfiaban de él. Creían que Julio sabía más de lo que decía. Sus constantes contradicciones en los interrogatorios le llevaron a estar imputado. Pero ahora, cuatro años más tarde ha quedado totalmente impune por falta de pruebas. Se archiva de momento el caso. En el aire todavía demasiadas incógnitas.
Publicidad