NO TE CASTIGUES

Septiembre: claves para cuidarte después del verano sin presionarte

Septiembre llega como un nuevo comienzo, pero no hace falta llenarlo de castigos ni dietas extremas. Recuperar el cuidado personal puede ser sencillo si nos organizamos.

Mujer vestida para hacer deporte

Mujer vestida para hacer deporteFreepik

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El final del verano siempre llega acompañado de una mezcla de nostalgia y ganas de empezar de nuevo. La vuelta a la rutina trae consigo la tentación de prometerse cambios radicales como dietas exprés, entrenamientos intensivos o la idea de que hay que "compensar" todos los excesos de las vacaciones. ¿De verdad es necesario empezar de cero con tanto rigor? Cada vez más especialistas coinciden en que la respuesta es no. Cuidarse sí, pero sin obsesionarse.

"El verano deja huella en el cuerpo", explica Christian Gabriel, CEO y experto en salud integrativa de Lonvital. Los excesos en la mesa, el consumo de alcohol, las largas horas bajo el sol o la reducción de la actividad física forman parte del verano y es normal sentir que el organismo necesita reajustarse. Pero eso no significa que haya que lanzarse a medidas extremas. La clave está en retomar poco a poco una rutina equilibrada que nos devuelva la energía, sin caer en la ansiedad por compensar lo vivido.

Comer con consciencia y moverse sin castigos

Uno de los mayores errores al volver de vacaciones es caer en dietas milagro. La promesa de perder en dos semanas lo que se ganó en dos meses suele ser más frustrante que efectiva. Lejos de esas soluciones rápidas, lo que realmente funciona es un enfoque mucho más tranquilo, como planificar las comidas, optar por alimentos frescos, hidratarse bien y aprender a diferenciar el hambre física del emocional.

No se trata de una carrera por "borrar" los excesos, sino de escuchar al cuerpo. Muchas veces el cansancio no proviene de un mal descanso o de "haber engordado", sino simplemente de una deshidratación acumulada. Beber agua con regularidad y no esperar a tener sed puede ser tan reparador como empezar una dieta nueva. Y en lo emocional, aprender a distinguir entre hambre real y necesidad de gestionar sentimientos como aburrimiento o ansiedad es un ejercicio valioso para evitar la frustración.

Mujer bebiendo agua
Mujer bebiendo agua | Freepik

El regreso sin presión: mente y movimiento

Más allá de la alimentación o el deporte, volver a la rutina implica también un reajuste mental. El llamado síndrome postvacacional no es una enfermedad, pero sí una señal de que el cambio de ritmo puede generar cierto desajuste. "Volver al trabajo puede reactivar síntomas de ansiedad si no hay una gestión adecuada del tiempo, las emociones y los objetivos personales", explica Gabriel. Por eso conviene recuperar los horarios poco a poco, dedicar unos minutos diarios a técnicas de respiración o mindfulness y reservar espacios para uno mismo en la agenda.

En este sentido, septiembre no tiene por qué vivirse como un mes de exigencia. Igual que enero se asocia con los nuevos propósitos, la vuelta del verano puede convertirse en un reinicio más consciente. El ritmo pausado tras las vacaciones y la mente algo más despejada son aliados para construir buenos hábitos para nuestro bienestar.

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