CÓMO CUIDAR TU PIEL
Por qué la constancia es el verdadero secreto de una rutina de belleza eficaz
La constancia es el verdadero secreto de una rutina de belleza eficaz. No se trata de aplicar más productos, sino de mantener una rutina constante y equilibrada que ayude a la piel a beneficiarse de forma progresiva de cada tratamiento.

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Hay quienes confían en que una sesión intensiva de cosméticos puede compensar días (o semanas) sin rutina. Un exceso de sérum aquí, una capa extra de crema allá… Pero la piel no funciona como una despensa que guarda reservas para cuando no tengas tiempo. Y eso explica por qué la constancia, más que la cantidad, es la clave de cualquier cuidado facial que funcione de verdad.
"La piel utiliza los activos en el momento, hasta donde puede absorberlos, y no los guarda para después. Por eso la regularidad es fundamental", señala Raquel González, cosmetóloga y creadora de Byoode. En la misma línea, Mireia Fernández, directora de dermocosmética en Perricone MD, recuerda que "no sirve de nada saturar la piel de productos si luego pasas días sin aplicarlos".

No todo lo que aplicas se aprovecha
El exceso, lejos de mejorar los resultados, puede hacer justo lo contrario. "Los activos funcionan como nutrientes: cuando la piel ha recibido lo que necesita, deja de absorber más. Aplicar de forma exagerada no tiene ningún sentido", explica Raquel González.
Estefanía Nieto, directora de dermocosmética en Medik8, apunta otro motivo: "Cada ingrediente tiene un límite de eficacia. Una vez que se alcanza, no se obtienen más beneficios. Lo importante es mantener el contacto constante con esos activos para que actúen de manera progresiva".
Además, la piel no tiene un sistema de almacenamiento. "Los antioxidantes o los retinoides actúan en el momento en que se aplican; no hay un mecanismo que los conserve para mañana", comenta Mireia Fernández.
La piel se renueva
Otro punto clave está en el propio ritmo de la piel. "Las células de la epidermis se renuevan cada pocas semanas. Aunque un cosmético tenga efecto sobre ellas, esas células terminarán desprendiéndose", explica Marta Agustí, directora nutricional de Advanced Nutrition Programme. De ahí la importancia de la constancia: solo manteniendo el hábito se sostienen los resultados.

Lo que sí deja huella
Algunos ingredientes, sin embargo, sí consiguen dejar un efecto duradero. "Hay activos liposolubles —como los retinoides o las vitaminas C y E— que permanecen más tiempo en las membranas celulares. Y otros estimulan procesos como la producción de colágeno, de modo que lo que perdura no es el activo, sino el cambio que provoca", detalla Patricia Garín, directora de dermocosmética en Boutijour.
Aun así, la piel necesita continuidad. Como resume Raquel González, "igual que el cabello muestra la raíz natural cuando dejas de teñirlo, la piel también vuelve a su estado inicial si interrumpes los cuidados. No es que los cosméticos no funcionen, es que requieren compromiso".
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Y ahí está la verdadera lección: no hay producto milagroso que sustituya la constancia.
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