FAKE NEWS
De la piña para curar el cáncer al aceite de oliva tóxico, los bulos sobre alimentación se disparan en redes sociales
Tres de cada diez 'fake news' ya hablan sobre alimentación y lo preocupante es que se comparten y circulan siete veces más rápido que las noticias veraces.

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"En el momento en que calientas los aceites, se vuelven tóxicos", afirma categóricamente una mujer que participa en lo que parece ser un podcast. En ningún momento se identifica. No sabemos ni su nombre ni su formación ni a qué se dedica. Pero más de uno escucha y retiene la explicación. Evidentemente, es un bulo que acumula miles de reproducciones en Tiktok. "Razones para no comer carne roja" explica un vídeo que enumera los supuestos "riesgos" de comer filetes de ternera.
Para la mayoría, es evidente que todo esto no son más que 'fake news'. Pero el problema es el público en el que calan estos mensajes: los jóvenes. Muchos acaban aplicando estos consejos sobre alimentación y salud. Algunos pueden ser inofensivos pero otros son mucho más graves y peligrosos. Como, por ejemplo, el vídeo que circula asegurando que la piña cura el cáncer gracias a la bromelina que es una enzima natural que se encuentra en la piña y que tiene propiedades antiinflamatorias, digestivas y de cicatrización. Pero no sirve, bajo ningún concepto, como tratamiento para un tumor.
Son solo algunos ejemplos de la desinformación que podemos encontrar en redes sociales. De hecho, tres de cada diez bulos son sobre alimentación y lo más preocupante es que se comparten y circulan siete veces más rápido que las noticias veraces.
Menos bulos y más rigor
Las 'fake news' sobre alimentación son una amenaza en muchos sentidos. Pueden alterar nuestros hábitos de compra, promover dietas desequilibradas y, en los casos más graves, poner en riesgo la salud pública. "Este tipo de bulos están muy presentes en nuestra vida cotidiana pero son temas que hay que tratar con el máximo rigor para que los consumidores tomen decisiones responsables", explica Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación.
El principal problema es que las redes sociales se han convertido en un altavoz para este tipo de noticias falsas. "Han amplificado la velocidad, el alcance, los mensajes emocionales... bulos que confunden al consumidor y erosionan la confianza en la industria", señala Fernando Moraleda, director de la Oficina Alimentaria de Llorente y Cuenca (LLYC). E insiste en que la única forma de hacer frente a este tipo de vídeos es apostando por "mecanismos de desmentido rápidos y creíbles, una mayor coordinación con los medios de comunicación y campañas educativas que refuercen la evidencia científica".
Influencers vs fuentes académicas
Según los datos del último estudio de EIT Food, el 45% de los españoles cree que tiene dificultades para entender el etiquetado nutricional y solo el 48% de los consumidores europeos confía en que los fabricantes ofrezcan una información honesta y justa en sus envases.
A esta falta de confianza en las fuentes oficiales, se suma la figura de los influencers. Su consolidación como prescriptores, para muchos expertos, les permite competir con las fuentes académicas y las autoridades sanitarias. Tal y como recoge la Oficina Alimentaria de LLYC, "democratizan el acceso a contenidos pero también multiplican la propagación de mitos, especialmente entre los jóvenes".
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