La promesa de una mujer a su marido antes de morir para conseguir habitaciones individuales para pacientes terminales

"Miguel, te prometo que esto lo voy a luchar hasta el final. Mi marido estaba sedado, pero sé que me escuchó". Fue la promesa que Vanesa le hizo a Miguel en sus últimos minutos de vida y, desde luego, la está cumpliendo.

Miguel murió en el Hospital Clínico de Santiago el pasado 21 de mayo a causa de un cáncer. La lucha de su mujer ahora es para que el Servicio Galego de Saúde (SERGAS) ofrezca una habitación individual a los pacientes terminales ingresados.

"Si esos momentos de despedida son muy dolorosos en cualquier caso, lo son más aún si tienes que vivirlos delante de unos extraños. Porque incluso en las últimas horas de su vida mi marido compartió habitación con otro paciente, sin intimidad para despedirnos". Estas son las palabras que acompañan la campaña que Vanesa ha iniciado en change.org para que se modifique esta manera de proceder. Una campaña que supera ya las 55.000 firmas.

Según hace constar Vanesa en la descripción de su petición, la Ley de derechos y garantías de la dignidad de las personas enfermas terminales, publicada en el BOE (Ley 5/2015 del 26 junio, artículo 9.2), recoge que: "Los centros e instituciones sanitarias le garantizarán al paciente en situación terminal, que deba ser atendido en régimen de hospitalización, las mejores condiciones relativas al confort, pudor e intimidad, incluyendo el ámbito sociosanitario y el derecho a la estancia en una habitación individual, salvo que circunstancias excepcionales lo justifiquen".

Al mismo tiempo, Vanesa aprovecha su exposición para elogiar el trabajo incansable de los sanitarios que atendieron a su marido y que estuvieron pendientes de ellos. Palabras de agradecimiento para unos profesionales que, "se portaron de maravilla hasta el último momento, no puedo más que darles las gracias".

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