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'CASO KÁRATE'

La primera denunciante no quería que otro niño sufriera abusos como ella

La adolescente que puso en marcha el que puede ser el mayor caso decidió denunciar que había sufrido abusos para evitar que se repitieran con otros. Confesó a un profesor que el gimnasio era una "especie de secta"

La Audiencia de Las Palmas ha comenzado a interrogar hoy a los primeros testigos del juicio del "Caso Kárate", el proceso penal en el que el excampeón nacional de artes marciales Fernando Torres Baena y tres de sus colaboradores se enfrentan a medio centenar de cargos por delitos de corrupción de menores y abusos sexuales.

De los cuatro testigos convocados en la sesión de hoy, sólo uno ha comparecido en audiencia pública: el profesor de un colegio de Las Palmas de Gran Canaria al que la primera denunciante del caso contó lo que, presuntamente, ocurría en la academia.

Este profesor ha explicado al tribunal que, cuando la testigo tenía unos 15 años, pasó por un período en el que lloraba con frecuencia, estaba siempre sola en los recreos y redujo su rendimiento escolar, hasta que un día solicitó hablar con él, porque era su tutor, y le contó que había sufrido abusos sexuales. Este testigo dice que la adolescente le aseguró que se había decidido a contar lo que le sucedía porque la madre de una compañera de clase iba a matricular en el gimnasio de Torres Baena a su hijo menor y no quería que ese niño pasase por lo que había vivido ella.

Conforme a lo que contó esta escolar a su profesor, y que luego su madre transformó en una denuncia, la academia de artes marciales de Torres Baena funcionaba "como una secta", en la que "una especie de psicóloga" se encargaba de "comer la cabeza" a los jóvenes y de convencerles de que las prácticas sexuales que supuestamente allí se organizaban eran buenas para su rendimiento deportivo.

El antiguo tutor ha explicado a la defensa que, tras conocer, por su alumna, que había denunciado los hechos a la Policía, optó por no hablar con su madre de lo que ésta le había contado, al considerar que la mujer "estaría más impactada" que él por lo que había descubierto.

Sin embargo, tras hablar con su alumna, sí decidió poner los hechos que ésta le había revelado en conocimiento de la dirección del colegio. El docente ha precisado a preguntas del abogado de Torres Baena que la testigo era una alumna de 2º de la ESO "muy inteligente, capaz de resolver problemas de lógica con facilidad, aunque no era lo aplicada que se deseaba con esa inteligencia".

Preguntado por lo "suelta" que, según el abogado del principal procesado, se ha mostrado esta testigo en su declaración, su extutor ha dicho que "sorprendía la madurez que tenía para su edad y lo consciente que era de lo que tenía que hacer", además de que "sabía reconocer sus errores, lo que, a juicio del docente, no suele ocurrir en alumnos de estas edades. Tras la sesión de hoy, la Audiencia de Las Palmas retomará este juicio para interrogar a puerta cerrada a los siguientes testigos.

 

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