Desde 2015, los niños son considerados por ley, víctimas de la violencia de género cuando la sufren. En los últimos cinco años, 23 menores han muerto, 185 han quedado huérfanos y miles soportan situaciones de violencia en casa. El 64% de los hijos de mujeres maltratadas han sufrido ellos también maltrato.
Es el caso de Patricia Fernández, quien con 20 años ha estado casi toda su vida padeciendo la violencia de su padre. Su madre tuvo suerte, aunque la última paliza casi la mata. Patricia, sobre aquellos años, recuerda "sobre todo caos, miedo, terror y una frase". Esa frase era la amenaza de su padre hacia su madre de que le iba a quitar "a los niños".
"Recuerdo caos, miedo y terror"
En España, unos 800.000 menores conviven con ese temor a diario. Según los expertos, las secuelas psicológicas son inevitables y duraderas. Esta experiencia vital genera desde agresividad y conductas disruptivas a, por otro lado, conductas por defecto, como son la dificultad en las relaciones, la baja autoestima o la ansiedad.
Para Patricia y su hermano pequeño la pesadilla no terminó con la separación. Después vino la batalla por la patria potestad y las visitas obligadas a su padre. "Yo he pedido ayuda y me han devuelto con mi verdugo", señala la joven, que describe como "muy traumática" esa situación en la que ya no veía ninguna "salida".
El pacto de Estado antimachista contempla la suspensión de esos regímenes de visitas en supuestos de maltrato. Según los últimos datos oficiales, sólo se ha aplicado en el 2% de los casos.
"No escuchan a los menores y un maltratador no puede ser un buen padre", denuncia Patricia, que ahora con 20 años viaja dando charlas sobre su experiencia. Ha perdido el miedo y quiere ayudar a las víctimas más indefensas de la violencia de género.