Explotación sexual

Liberan a 19 mujeres de una presunta organización criminal en Murcia dedicada a la trata para la explotación sexual y laboral

Se han practicado 27 detenciones, todas ellas en la localidad murciana de Fuente Alamo menos una practicada en Toledo. Los agentes han liberado a 19 mujeres víctimas de la organización criminal dedicada a la trata para la explotación sexual y laboral.

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Desarticulada una organización criminal en la localidad de Fuente Alamo, Murcia, que, presuntamente, se dedicada a la trata de mujeres para su explotación sexual y laboral. En la operación se han liberado a 19 mujeres.

Esta operación comenzó con una denuncia anónima recibida en el correo electrónico 'trata@policia.es', al parecer las víctimas procedían de Honduras y Paraguay y entraban en España de forma irregular para explotarlas como prostitutas o como cuidadoras de personas mayores. Los agentes de la Policía Nacional han llevado a cabo 27 detenciones, 26 de ellas en la provincia de Murcia y una en la de Toledo. Además se practicaron 6 registros, uno de ellos en una vivienda utilizada como prostíbulo en el que se localizó un hueco tipo zulo donde supuestamente escondían a mujeres en caso de presencia policial.

Gracias a la información recabada y a las pesquisas realizadas, los agentes pudieron constatar la existencia de una organización criminal asentada en la localidad de Fuente Alamo cuya principal actividad era la trata de mujeres para su explotación sexual y laboral. En los registros se han intervenido 1.000 euros en metálico, seis vehículos, varios dispositivos electrónicos y numerosa documentación relacionada con la investigación.

Se ha decretado prisión provisional para 9 de las personas detenidas, dos de ellas consideradas las responsables del entramado. El entramado criminal contaba con una estructura formada por dos ramas diferenciadas: la primera de ellas estaba constituida por un clan familiar de origen paraguayo, liderado por una mujer, que explotaba sexualmente a mujeres que traían engañadas desde Paraguay y a víctimas de otras organizaciones criminales. Esta actividad, junto al tráfico de drogas, habría permitido a la rama acumular en los últimos años un gran patrimonio. La otra rama, liderada por una mujer de nacionalidad hondureña, se dedicaba a traer a España a mujeres de ese país para trabajar como cuidadoras de personas mayores. Estas personas podían llegar a pagar cantidades cercanas a los 7.000 euros. En el caso de no poder hacer frente al pago de las cuotas de la deuda, las víctimas eran explotadas sexualmente por la rama paraguaya para poder hacer frente más rápidamente a la deuda impuesta.

Los agentes informan de que los explotadores no dudaban en maltratar y ejercer la violencia contra sus víctimas, que vivían bajo la constante amenaza de graves represalias y la pérdida de propiedades en sus países de origen si no cumplían con el pago de las deudas.

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