Los arrestados cambiaban las etiquetas originales, descongelaban los productos en agua caliente y los almacenaban sin las mínimas condiciones sanitarias. Además añadían vísceras y sangre de cerdo a la carne picada para aumentar el peso. También volvían a congelarla para revender los productos ya devueltos. Los empleados de esta empresa tenían que comprar ellos los guantes metálicos y los cuchillos y poner su vehículo, aunque no tuviera sistemas de refrigeración.
La empresa distribuía desde hace años carne a hoteles, restaurantes y colegios de Mallorca desde sus naves en Marratxi. En sus almacenes se han intervenido 50 toneladas de productos. A los tres detenidos se les acusa de delitos contra la salud pública, falsedad documental, contra los trabajadores y la Seguridad Social.