Exoesqueleto
Gala, la niña de 6 años que camina y juega al escondite gracias al primer exoesqueleto pediátrico de Canarias
El exoesqueleto, diseñado por una empresa española, ha supuesto una inversión total de 247.000 euros de fondos Next Generation.

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Gala tiene 6 años y, cada dos semanas, espera con ganas su sesión de rehabilitación. No solo porque sabe que va a caminar, sino porque también va a jugar. A moverse por la sala, a explorar el espacio y a esconderse entre risas con los fisioterapeutas. Todo eso es posible gracias a Atlas 2030, el primer exoesqueleto pediátrico de suelo que se utiliza en Canarias y que ya forma parte de la rehabilitación infantil en el Hospital Universitario Insular-Materno Infantil de Gran Canaria.
Hemos asistido a la presentación de este dispositivo pionero, diseñado específicamente para ayudar a niños con trastornos motores y enfermedades neurológicas y neuromusculares. Un avance tecnológico que no solo mejora parámetros físicos, sino que transforma la forma en la que los menores viven la terapia.
Hasta 300 pasos en una sola sesión
'Atlas 2030' permite a los niños caminar hacia delante y hacia atrás de forma segura. Está compuesto por ocho articulaciones activas y es completamente ajustable a las medidas de cada paciente. Además, puede configurarse en función de las capacidades y limitaciones de cada niño, lo que lo convierte en una herramienta altamente personalizada.
En una sola sesión, los niños pueden llegar a realizar hasta 300 pasos, algo impensable en muchos casos sin este tipo de apoyo. Durante la presentación, la pequeña Gala llegó a realizar más de 175 pasos, 22 de ellos hacia atrás, recorriendo los pasillos del hospital y arrancando aplausos a su paso.
Libera al fisioterapeuta para atender mejor al niño
Para los profesionales, este exoesqueleto también supone un cambio importante. Isabel Santana Casiano, jefa de Rehabilitación Infantil del Hospital Materno Infantil, explica que se trata de una herramienta muy útil y cómoda para el fisioterapeuta. El marco que sostiene el exoesqueleto aporta estabilidad y evita que el profesional tenga que sujetar el dispositivo desde atrás, lo que le permite colocarse frente al niño, tener las manos libres e interactuar con él durante la sesión.
Esa interacción es clave. Gracias a esta libertad, la rehabilitación puede incorporar actividades lúdicas que implican al resto del cuerpo y convierten el tratamiento en una experiencia más global. En el caso de Gala, el juego es parte fundamental de la terapia. Su madre, Fátima, lo confiesa: 'a Gala le gusta jugar al escondite'.
El escondite, las risas y el movimiento hacen que la sesión deje de percibirse como un esfuerzo para convertirse en un momento esperado. Gala acude una vez cada dos semanas y ese día sabe que es "día de exoesqueleto", según cuenta su madre, “le cambia la cara”.
Beneficios físicos, pero también cognitivos y psicológicos
Los beneficios físicos son claros: mejora de la movilidad articular, aumento de la fuerza, trabajo del equilibrio y reducción de la espasticidad. Además, el uso del exoesqueleto ayuda a prevenir los efectos secundarios de la inmovilidad prolongada. Pero hay un impacto igual de importante en el bienestar emocional. Los niños se sienten mejor, más motivados y con mayor capacidad de participar en su entorno.
Esta nueva adquisición para Canarias, no solo permite caminar, permite explorar el espacio, ganar autonomía y abrir oportunidades de inclusión. En Canarias, este avance ya lo usan ocho niños y otros tres están próximos a poder usarlo. Si bien se estima que podrían aprovecharse de sus beneficios muchos más. Según explica la Consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias, Esther Monzón, "la incidencia de este tipo de casos es de dos a tres niños cada mil nacidos, está claro que no solo nos va a hacer falta este exoesqueleto sino alguno que otro más".
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