Canarias
"Estamos reventadas, no tenemos tiempo ni para comer": el día a día de una camarera de piso en un hotel de Tenerife
Las camareras de piso, denuncian las condiciones laborales y la sobrecarga de trabajo a las que están sometidas.
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Las cifras de ocupación turística en los hoteles de Canarias son cada vez más elevadas. En lo que va de año, las islas registraron mas de 41 millones de pernoctaciones hoteleras. Unas cifras a las que tiene que hacer frente el sector con trabajadores cualificados. La limpieza y el mantenimiento de los hoteles es una parte muy importante.
Las camareras de piso, encargadas de la limpieza de habitaciones y zonas comunes de los establecimientos hoteleros, siguen denunciando las condiciones laborales y la sobrecarga de trabajo a las que están sometidas. Desde el colectivo 'Kellys Unión Tenerife' aseguran que el 90% de las compañeras se medican, y no siempre lo hacen con receta.
Los hoteles del archipiélago tienen más del 40% de sus plantillas de baja. Melu Menoza es portavoz de este colectivo, hoy mismo se va a someter a una operación de su mano izquierda, del túnel carpiano. Una de las lesiones más habituales en las camareras de piso. "Estamos reventadas, no tenemos gente para cubrir las bajas, las plantillas están agotadas", asegura Melu.
"Las compañeras están cogiendo bajas por dolores y ansiedad. A veces lloramos por los nervios. Incluso, en muchas ocasiones no vamos ni a comer, estamos tan agobiadas que utilizamos nuestra media hora de descanso o comida para terminar el trabajo, pero ni aún así lo acabamos", prosigue Melu.
Esta camarera de piso nos cuenta que tienen que acabar las habitaciones en tiempo récord, hasta 40 habitaciones, a las que hay que sumas las de las compañeras que están de baja. Pero no solo eso, hay que añadir las camas extras y las cunas de los niños. Y no sólo eso, lo peor es que muchas veces "abres la puerta y no sabes cómo te vas a encontrar la habitación".
"No queremos más dinero para comprar más medicamentos"
Enumera las patologías más habituales que suelen tener, aunque sólo están reconocidas las de codo, hombros y túnel carpiano, "tenemos muchas más, como las caderas, rodillas, lumbares y hasta la salud mental por la ansiedad a la que estamos sometidas". Melu nos enseña sus manos, llenas de callos por apretar la fregona y los paños. "Se me duermen las manos, se me hinchan, hoy me operan de la mano izquierda".
La preocupación de estas trabajadoras es que la situación va a más, por eso no sólo piden mejoras salariales. "¿Para qué me van a subir el sueldo, para ir a la farmacia a comprar más medicamentos?", dice preocupada Melu Méndez. Por eso lo que piden son soluciones: bajar las cargas de trabajo, una jubilación a los 58 años y "más inspecciones de trabajo reales para que se vea lo que se cuece en un hotel".
Están convencidas de que se les escucharía más si hicieran una huelga general en todos los hoteles. Las camareras de piso ponen en valor su trabajo para mejorar un sector, el turístico, que es el motor económico de las islas. Pero quieren dejar claro que "somos limpiadoras, no queremos ser esclavas".
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