Uno de los problemas para la contención del coronavirus es la localización de los contagios. Y un inconveniente añadido es que muchos son asintomáticos. Pero hay más, una vez localizados tienen que cumplir con el confinamiento, y aquí surge otro problema. El 13% de los positivos no cumple la cuarentena según datos recabados en Cataluña. Son, por tanto, personas infectadas que siguen expandiendo el virus. Ocurre en toda España.
Por eso en Zaragoza, por ejemplo, ya están utilizando el puerta a puerta, patrullas anticovid que van casa por casa para comprobar que se cumple la cuarentena. En la Comunidad Valenciana lo que van a implantar es una declaración jurada por parte de los positivos asegurando que van a cumplir el aislamiento.
Insolidaridad, inconsciencia... o estilo de vida
Pero, ¿por qué tenemos que llegar a estos extremos? ¿nos tienen que obligar? Todos hemos visto abrazos que ahora no se deben dar. Sin embargo nuestro estilo de vida mediterráneo nos distingue. Para los españoles el contacto directo con familiares y amigos es tan importante como frecuente. Además nuestro clima y las muchas horas de luz que disfrutamos marcan decisivamente nuestras relaciones.
Pero hay que pararse y recordar lo más importante en esta situación: primero, respetar las restricciones. Salir cuando debemos confinarnos nos pone en peligro a todos. Alguno lo compara con el terrorismo. Y parece que lo que reconocemos es que somos más cuidadosos cuando tenemos en nuestro entorno personas de riesgo.
