Inmigración

Así es el trabajo de los rescatadores de cayucos de Canarias: "Sin quererlo te conviertes en verdugo, y eso es muy difícil de olvidar"

Los trabajadores de Salvamento Marítimo piden refuerzos en las tripulaciones de las embarcaciones para poder afrontar la crisis migratoria en Canarias.

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Hacen turnos de siete días en los que tienen que afrontar cualquier emergencia que surja en su zona. El pasado fin de semana algunos de los tripulantes de las embarcaciones de Salvamento Marítimo en Canarias empataron más de 20 horas de trabajo seguidas porque llegaron cerca de mil personas en cayuco solo a la isla de El Hierro. Es la realidad que tienen que vivir desde hace casi dos meses. Pero no es un problema nuevo ni desconocido.

La crisis de los cayucos comenzó en Canarias en 2006 con la llegada de más de 31.000 personas a las costas del archipiélago. Desde entonces, el goteo ha sido constante a lo largo de todo el año, aunque con mayor incidencia en los meses de las conocidas 'calmas', cuando el mar está más tranquilo y les garantiza unas travesías algo más seguras a los que salen de la costa africana rumbo a Canarias. En 2020 esta crisis volvió a crecer con una nueva llegada masiva de migrantes que sobrepasó las 22.000 personas. Este año esa cifra ya se ha superado con creces y va camino de ser superior a la de 2006. A día de hoy ya son más de 27.000.

Para afrontar esta situación, los trabajadores piden que se refuercen las tripulaciones de las embarcaciones que se dedican a este tipo de rescates y solo en los meses en los que la llegada de pateras y cayucos aumenta para que los turnos de trabajo sean más cortos y les permite recuperarse de jornadas maratonianas. Aseguran que esta misma semana Salvamento Marítimo, una empresa pública dependiente del ministerio de Transportes, les ha vuelto a reiterar que no hacen falta más recursos.

En lo que va de año, Salvamento Marítimo ha rescatado más de 430 pateras con casi 29.000 personas a bordo. Lo han hecho las tripulaciones de las cinco embarcaciones que se dedican a este tipo de rescates. Sus equipos están formados por cuatro personas que durante siete días están de guardia permanente, por lo que, con este ritmo de llegadas, es imposible descansar.

Denuncian que, además, no cuentan con el equipamiento adecuado, ni EPIS para su protección ni tampoco las herramientas de las embarcaciones. Aseguran que en alguna ocasión han tenido que usar sus propios móviles porque los aparatos de los buques están tan obsoletos que no les facilitan las indicaciones que garanticen su seguridad.

Relato de un rescate

Marcos Díaz es el delegado sindical de estos trabajadores y marinero de Salvamento Marítimo desde hace más de una década. Conoce bien la labor de rescate de náufragos. Nos cuenta que "para trabajar aquí tienes que ponerte una coraza y deshumanizarte, porque el drama es enorme y lo vivimos día tras día. Cuando los ocupantes de un cayuco ven nuestra embarcación, saben que están salvados, pero quieren llegar a tierra cuanto antes, por eso lo primero que tenemos que hacer es intentar que se tranquilicen, porque la euforia puede provocar que su cayuco vuelque".

"A veces la situación es tan extrema que tenemos que elegir a quién salvar"

Asegura que cada rescate es diferente y que tienen que estar preparados emocionalmente para todo. "Hay algunos con mucha profundidad donde vienen hacinados. Cuando nos acercamos tenemos que comprobar que todos están más o menos bien, pero también que no hay ningún fallecido. Si lo hay tenemos que subirlo a pulso. Dentro te puedes encontrar de todo: desde los depósitos de combustible hasta ropa, excrementos o vómitos. Tenemos que buscar entre todos los recovecos".

"Llega un momento en que no puedes más, pero sabes que en cualquier momento suena el teléfono y tienes que salir otra vez". Díaz afirma que en 2020, con la segunda gran crisis, el 80% de una de las tripulaciones canarias estuvo de baja psicológica porque no podían aguantar la presión de ver esta tragedia humanitaria día tras día. "A veces la situación es tan extrema, si la barcaza ha naufragado y están en el agua, que tenemos que elegir a quién salvar. Sin quererlo te conviertes en verdugo y eso es muy difícil de olvidar".

Recuerda con dolor la tragedia ocurrida en Lanzarote donde murieron ocho personas a pocos metros de la costa sin que pudieran hacer nada por ellos.

En nuestro país hay unos 780 tripulantes de flota de Salvamento Marítimo repartidos por toda la costa en 75 embarcaciones. 16 de ellas están en Canarias, donde dedican gran parte de su trabajo y tiempo al rescate de pateras y cayucos sin dejar de socorrer a cualquier embarcación que lo necesite.

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