Soledad y calor, los principales riesgos en verano para la salud de los mayores

Galicia es una comunidad especialmente envejecida, con aproximadamente 710.000 personas mayores de 65 años. Esto es: la tercera edad supone el 26,3% de la población gallega. Con la llegada del verano, se acusan ciertos riesgos para su salud, especialmente asociados al calor y la soledad.

Durante esta etapa estival es cuando, según un estudio reciente desarrollado por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), el 11,4% de la población española mayor de 65 años afirma sentirse más triste. La época vacacional puede derivar en un menor contacto e interacción de los mayores con su entorno cercano y familiares, lo que puede llevar, en primera instancia, a una sensación de soledad. La soledad prolongada supone unos mayores efectos negativos, teniendo considerables impactos en la autoestima, estado de ánimo y ganas e interés por relacionarse. A su vez, aislarse socialmente aumenta el riesgo de sufrir depresiones, ansiedad o enfermedades neurodegenerativas, como distintos tipos de demencia.

Mientras, el calor es un factor relevante también en esta época y, especialmente, para la tercera edad. Los dolores de cabeza, la sequedad de la piel, la excesiva sudoración, la respiración agitada, la hiperventilación o la sensación de debilidad son síntomas que deben hacer saltar las alarmas. Ante estas circunstancias, podemos estar hablando de un golpe de calor. De presentarse fiebre o delirios, el problema se agrava.

Precauciones y consejos para evitar la soledad y las olas de calor

Para atajar e impedir todo lo anterior, es recomendable mantener rutinas de contacto diario con las personas mayores así como de estimulación de la memoria y del ocio. En este caso se vuelven también importantes los cuidadores, tal y como apunta el CEO de Cuideo, Andrià Buzón: “Durante el verano, especialmente cuando el resto de familiares está de vacaciones, los cuidadores juegan un importante papel de compañía”.

Por otro lado, debe evitarse la exposición directa al sol y calor en horas clave, como el rango entre las 11.00 y las 17.00. Tomar alimentos y agua fresca, así como ventilar correctamente los espacios, vestir ropas frescas y de colores claros o realizar baños de esponja son otras acciones a tener en cuenta.

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