Imagen de la vacuna candidata contra el coronavirus desarrollada en China, llamada Ad5-nCoV

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Coronavirus

La OMS alerta del riesgo que supone usar una vacuna contra el coronavirus antes de tiempo

La OMS ha explicado los riesgos que supone el uso prematuro de una vacuna contra el coronavirus, entre ellos que tenga una eficacia demasiado baja con lo cual "no haría su trabajo de poner fin a esta pandemia".

Las prisas por encontrar una vacuna contra el coronavirus y poner fin así a la pandemia de la COVID-19 están dando lugar a situaciones de premura por parte de algunos países a la hora de dar por buena la cura. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado de los riesgos que conlleva aprobar una vacuna antes de tiempo y considera que debe aprobarse en función de los resultados obtenidos en la fase 3 de ensayos clínicos.

"Los científicos alrededor del mundo están pidiendo a las agencias (reguladoras) y a las compañías que la aprobación de una vacuna se haga en función de datos obtenidos en la fase 3 de los ensayos clínicos", dijo la científica en jefe de la OMS, Soumya Swaminathan.

Rusia anunció hace semanas que se prepara para inyectar a su población una vacuna que dice tener lista pese a que acaba de entrar en la fase 3 de los ensayos. China ha ido un paso más adelante, tiene avanzadas las investigaciones de dos vacunas que no han terminado la fase 3 de los ensayos clínicos, pero ha empezado a vacunar a lo que considera trabajadores esenciales.

La aprobación prematura de una vacuna implicaría riesgos entre los que la científica de la OMS mencionó que dificultaría continuar con los ensayos clínicos aleatorios y, más grave aún, podría empezar a utilizarse una vacuna "que no ha sido estudiada adecuadamente". Además indicó un peligro muy concreto como el de que tenga una eficacia demasiado baja con lo cual "no haría su trabajo de poner fin a esta pandemia".

La OMS defiende que, a pesar de la urgencia que hay por encontrar una vacuna contra la COVID-19, se debe poner freno a cualquier vacuna experimental "con un perfil de seguridad que no sea aceptable".

"El desafío al que nos enfrentamos ahora es que pasamos de vacunar cientos de personas (fase 2 de ensayos clínicos) a cientos de miles de personas (fase 3). Necesitamos los resultados de eficacia y seguridad de estos estudios porque si empezamos a vacunar a millones de personas muy rápido podemos pasar por alto algunos efectos adversos", explicó el director de Emergencias de la OMS, Mike Ryan.