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Coronavirus

Fernando Simón considera que los 3.600 fallecidos más contabilizados por el INE no modifican las decisiones de Sanidad

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, dice que España está en una fase de descenso de la pandemia de coronavirus, pero con riesgo alto, por lo que hay que esperar a ver las consecuencias del puente de la Constitución.

En resumen

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, dice que España está en una fase de descenso de la pandemia de coronavirus, pero con riesgo alto, "no nos tiene que engañar, no estamos en una buena situación", está muy por encima de lo deseable. Las cifras actualizadas son 188 casos por 100.000 habitantes visto a 14 días. Hay una ocupación del 22,4 % en UCI de enfermos de COVID-19 y un 9,6 % de hospitalización convencional.

Esperando la semana próxima

También ha advertido sobre confiarse en estas fechas cuando se puede estar en riesgo de dar paso a una tercera ola de coronavirus. La semana que viene será importante al visualizar lo sucedido durante el puente de la Constitución y la Inmaculada.

Diferencias con el INE

Simón ha asegurado que las medidas que en España se han puesto en marcha para frenar la pandemia de la COVID-19 no hubieran sido distintas si se hubiesen conocido los datos de mortalidad hechos públicos por el Instituto Nacional de Estadística. Y es que, según el informe del INE, en los primeros cinco meses de 2020, la COVID-19, dentro del grupo de enfermedades infecciosas, fue la causó más muertes. Así, en el caso de COVID-19 virus identificado fallecieron 32.652 personas (con una tasa de 68,8 por cada 100.000 habitantes) y en el de COVID-19 sospechoso murieron 13.032 personas (con una tasa de 27,5). Sin embargo, el último informe publicado por el Ministerio de Sanidad notifica 47.344 fallecidos con prueba confirmada de coronavirus en España.

No hubiera modificado nada

"Estamos hablando de una diferencia de 3.000 y pico personas, que no es pequeña, pero que no modifica la magnitud del riesgo y la toma de decisiones no hubiera variado si se hubieran conocido antes estos datos", ha recalcado Simón. De hecho, ha comentado que desde la red de vigilancia epidemiológica ya se contaba con que se iban a producir estas variaciones, si bien ha reconocido que lo que más le ha llamado la atención es que la media de edad de las personas fallecidas con sospecha de coronavirus es más alta en el informe del INE, algo que ha señalado que podría ser porque eran personas más frágiles. "Son diferencias que esperábamos. Es duro hablar de más de 3.000 fallecidos, pero son cifras que entraban más o menos dentro de las estimaciones de margen y error que manejábamos. La buena noticia es que el sistema de vigilancia epidemiológica fue lo suficientemente preciso, aunque no lo oportuno en tiempo, para que la toma de decisiones no fuera sesgada por la diferencia de fallecidos", ha zanjado Simón.

"Desvío menor"

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ya había dicho que consideraba "muy menor" el "desvío" entre los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre los fallecidos "identificados" por coronavirus en la primera ola, que ascienden a 32.652, y los 27.127 contabilizados por su departamento. De esta manera se ha expresado el ministro, que ha defendido esta estadística como un ejercicio de "transparencia" del Gobierno, que es de quien depende el INE.

Las quejas de Simón

Simón también ha defendido la gestión de España ante la COVID-19 y ha resaltado la capacidad de respuesta después de la primera ola de coronavirus en una carta publicada en la revista médica "The Lancet". A la vez critican "la politización" y un "desafortunado clima de confrontación" que hacen que la comunicación ante una crisis sea un desafío y "probablemente perjudique los esfuerzos de respuesta". En su texto, el director explica que en mayo se implementó una estrategia de prueba-rastreo-aislamiento y, a fines de junio, más del 80 % de los pacientes sospechosos de tener COVID-19 se sometieron a pruebas de PCR en un plazo de 24 a 48 horas, y al 90 % de los pacientes se les rastreó sus contactos.

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