Asesinato

Un padre mata a su hijo prematuro tras destrozarle el cráneo y el cuello mientras estaba ingresado en un hospital

El pequeño Brendon, de 14 días, murió tras sufrir fuertes lesiones que eran comparables con una caída desde varios pisos.

Captura de pantalla del Hospital de Yeovil, Inglaterra

Captura de pantalla del Hospital de Yeovil, InglaterraGoogle Maps

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El Tribunal de la Corona de Bristol ha condenado a cadena perpetua revisable a Daniel Gunter, un hombre de 27 años, por el asesinato de su hijo recién nacido en el hospital de Yeovil, en Somerset, Inglaterra. Tal y como dictó el juez, Gunter deberá cumplir un mínimo de 20 años de prisión tras considerar que actuó con intención de matar y sin el más mínimo intento de pedir auxilio.

Su hijo, Brendon Staddon, nació prematuramente a las 33 semanas, el pasado 20 de febrero de 2024. En el momento de su nacimiento, el bebé pesaba 1,83 kilos por lo que tuvo que ser hospitalizado.

El pequeño murió solo 14 días después y fue encontrado herido en su cuna después de que su madre, Sophie Staddon, avisara a las enfermeras de que lo notaba frío alrededor de las 4: 00 horas de la madrugada. Pese a los múltiples intentos por reanimarlo, el bebé fue declarado muerto tan solo una hora después.

Durante el juicio celebrado por este caso, se demostró que Gunter ejerció una violencia extrema contra el bebé. Presuntamente, el padre del pequeño le causó fracturas múltiples, hemorragias internas y le destrozó el cráneo y el cuello. Según los peritos, estas fuertes lesiones podían compararse con las de una caída de varios pisos de altura.

El juez encargado del caso calificó el ataque de "premeditado" y subrayó que el acusado no pidió ayuda para asistirle, a pesar de que las enfermeras estaban cerca. De la misma manera, el juez afirmó que el pequeño Brendon era una víctima "altamente vulnerable" que murió en un entorno hospitalario donde debía estar seguro.

La madre del bebé, Sophie Staddon, también fue llevada a juicio ante las acusaciones de causar o permitir la muerte de su hijo. Sin embargo, el jurado la absolvió de los cargos al considerar que no tuvo responsabilidad directa en el ataque. Tal y como señaló el juez, la violencia letal fue ejercida por Gunter, quien actuó con una brutalidad consciente y deliberada.

Comportamiento controlador hacia su esposa

Este caso destrozó a la familia materna y paterna del bebé. Los abuelos expresaron a los medios el profundo dolor que sentían ante la pérdida de su primer nieto, a quien describieron como "perfecto". Además, recordaron entre lágrimas que "nunca" verán "su primer gateo, sus primeros pasos o su primera palabra" y aseguraron que el pequeño Brendon "ni siquiera tuvo la oportunidad de regalarnos su primera sonrisa".

Las investigaciones posteriores a la muerte del pequeño revelaron que Gunter tenía un comportamiento controlador hacia Sophie y que, incluso, llegó a cuestionar si era el padre biológico de Brendon. Tal y como declararon los profesionales sanitarios, Gunter ignoraba constantemente las indicaciones médicas: sacaba al niño de la incubadora sin su permiso, le quitaba la sonda nasal y lo trataba de una forma muy brusca.

Según varios testigos, Gunter gritaba y perdía la paciencia con el bebé. Ante estas reacciones de Gunter con su esposa, los servicios sociales ya consideraron retirar la custodio a la pareja por sus antecedentes de inestabilidad.

Coeficiente intelectual bajo e inmaduro

Durante el juicio, la defensa de Gunter argumentó que el hombre tenía un coeficiente intelectual bajo, era inmaduro y había tenido una infancia difícil, aunque no contaba con ningún antecedente penal. Sin embargo, la Fiscalía destacó que la brutalidad del ataque evidenció una clara intención de matar.

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