El sospechoso de los crímenes se llama Mohamed Merah , tiene 24 años, trabaja en un taller mecánico, y es francés de origen argelino. A través de la puerta, la madrugada del miércoles, él mismo ha explicado a la Policía que pertenece a una rama de Al Qaeda.
200 investigadores y más de 7.800 horas de grabaciones de cámaras de seguridad dieron resultado. Identificaron a Mohammed Merah el pasado lunes entre 15 sospechosos. Se ordenó pinchar los teléfonos de toda la familia. El rastro que ha dejado el ordenador de su hermano, también detenido, ha sido clave. Lo uso para contactar con dos de los tres paracaidistas que más tarde asesinó.
El asesino de la moto era un viejo conocido de la Policía, que le investigaba desde hacía años por sus conexiones con el radicalismo salafista. Además tenía antecedentes por otros delitos con violencia.
Su abogado ha reconocido en televisión que las opiniones políticas de su defendido son ahora más radicales. El sospechoso habría recibido entrenamiento de los talibanes en Afganistán y Pakistán. El director de la prisión de Kandahar asegura que se escapó de la cárcel en 2008, donde cumplía condena por colocar bombas.
La segunda pista clave se encontró en un concesionario de motos. Allí, Merah preguntó cómo desconectar el dispositivo electrónico para localizar el vehículo si era robado.
Merah, que trabaja en un taller mecánico, habría intentado enrolarse en el ejército francés hasta en dos ocasiones, aunque fue rechazado por problemas psicológicos.
