La Casa Blanca ha querido dar a la visita la mayor pompa posible y ha ofrecido a Hu gestos significativos, como la cena de esta noche o el ser recibido a pie de pista por el propio vicepresidente, Joe Biden. Son unos honores que no recibieron ni el primer ministro indio, Manmohan Singh, ni el presidente mexicano, Felipe Calderón, los dos anteriores visitantes de Estado durante el mandato de Obama. Con ello, Washington quiere relanzar la que posiblemente sea la relación más importante entre dos países en el mundo después de un año de roces en torno a Tíbet, la ciberpiratería o la venta de armas a Taiwán.
Hu parece llegar con el mismo espíritu, tras afirmar en una entrevista por escrito a "The Wall Street Journal" y "The Washington Post" que los dos países "tenemos mucho que ganar de unas buenas relaciones y mucho que perder de la confrontación".
A la cena de esta noche asistieron, además de los dos mandatarios, la secretaria de Estado, Hillary Clinton; el ministro de Exteriores chino, Yang Jiechi; el consejero de Seguridad Nacional de EEUU, Tom Donilon, y el consejero de Seguridad Nacional chino, Dai Bingguo. La cena, celebrada en el Antiguo Comedor Familiar de la Casa Blanca, tiene como objeto facilitar un ambiente de intimidad y franqueza a conversaciones entre dos países que cooperan en el mismo grado que rivalizan. El encuentro se desarrolló a estricta puerta cerrada, hasta el punto de que, contrariamente a lo habitual, es posible que la Casa Blanca ni siquiera proporcione un breve sumario de lo conversado. Tan sólo distribuirá algunas fotografías oficiales.
En estas conversaciones, la Casa Blanca ha apuntado que Obama presiona con mayor fuerza de lo que hizo en su visita a Pekín en 2009 en áreas como los derechos humanos o la cotización del yuan. Un lugar destacado lo ocupa la situación en la Península Coreana, donde Obama planteó a Hu la necesidad de que China presione más a Pyongyang para que abandone sus actividades nucleares y abra un verdadero diálogo con Seúl. También trató la necesidad del tipo de cambio del yuan, que EEUU considera que aún se encuentra muy lejos de su valor de mercado.
En los últimos seis meses el yuan se ha apreciado cerca del 3% con respecto al dólar, lo que en términos reales, si se tiene en cuenta la inflación, representa el 10 por ciento anual. El secretario del Tesoro, Tim Geithner, consideró la semana pasada que esa cifra es "significativa" pero China debe redoblar sus esfuerzos. El volumen de intercambios comerciales alcanzó los 385.300 millones de dólares en 2010, un aumento anual del 30 por ciento con importaciones chinas de 102.040 millones de dólares.
Obama también planteó a Hu la situación de los derechos humanos en China, después de que el pasado viernes la secretaria de Estado, Hillary Clinton, reiterara el llamamiento estadounidense para la puesta en libertad del Nobel de la Paz Liu Xiaobo y el resto de presos políticos en la República Popular. La relación militar después de la visita la semana pasada a Pekín del ministro de Defensa, Robert Gates, durante la cual China anunció el restablecimiento de los contactos entre las dos fuerzas armadas, fue otro de los asuntos tratados entre los dos líderes.
EEUU sigue con atención los intentos de modernizar el Ejército Popular, que ha anunciado un nuevo modelo de avión de combate y planes para la fabricación de un portaaviones. El presidente chino recibirá mañana en la Casa Blanca una ceremonia de bienvenida, que continuará con una reunión bilateral con el presidente, Barack Obama, una rueda de prensa y un almuerzo en el Departamento de Estado con Biden.
El momento estelar de la visita será la cena de Estado el miércoles por la noche, Hu también se reunirá con empresarios, en una muestra de la importancia de las relaciones comerciales entre los dos países. El presidente chino concluirá su visita con reuniones con los líderes del Legislativo en el Capitolio antes de partir el jueves hacia Chicago.