Vivienda

Se mudan a un contenedor marítimo para ahorrar, pero un gasto se lo impide: "Pagamos más de 2.000 euros de luz"

Una familia de Bélgica optó por esta opción para abaratar gastos, pero no contaron con el gasto eléctrico.

Imagen de contenedores marítimos

Imagen de contenedores marítimos Europa Press

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Los precios de la vivienda en los países de la Unión Europea han seguido subiendo. Según Eurostat, el precio ha subido de media un 5,4% en el segundo trimestre de 2025. Ante esta situación, muchas familias europeas han optado por opciones más asequibles. Las casas prefabricadas, las mini viviendas o los contenedores marítimos destacan entre las opciones más baratas.

Aparentemente, crear tu propio hogar con un presupuesto bajo y con una libertad total para elegir los materiales y el sitio puede parecer sencillo. Sin embargo, no todo es tan fácil y así lo ha mostrado una familia belga.

Todo ocurre en Zemst, un pequeño municipio de Bélgica, donde esa familia decidió mudarse a un contenedor marítimo convertido en una vivienda temporal mientras se construían el que será su hogar definitivo. Aunque ellos se mudaron con la intención de abaratar gastos, una factura ha superado a la cifra habitual en el resto de hogares.

El medio belga HLN ha contado la historia de la familia, que comenzó el proyecto a finales del año 2024 tras vender su antigua casa y comprar con el dinero una vivienda antigua que tenían que reformar. Glenda y Joris, los padres de Féline y Jannes, decidieron vender esa casa porque Glenda necesitaba un espacio para ejercer como psicóloga desde casa y Joris soñaba con construir su propia vivienda. Al encontrar esa casa antigua, vieron la oportunidad de empezar de cero.

Según explican en HLN, lo que no encajaba era pagar dos hipotecas a la vez. Precisamente, fue en ese momento cuando llegó la solución más inesperada: un contenedor marítimo de obra convertido en miniapartamento.

La mudanza al contenedor 'Bluey'

Con esta idea, el matrimonio empezó a buscar distintos modelos y a comparar varios precios. Tras llevar a cabo todo esto, terminaron comprando una unidad de 48 metros cuadrados. Ambos supieron que era perfecto para ellos, pero necesitaba varios arreglos. Una vez lo compraron, pintaron, renovaron la cocina y cambiaron el tejado.

Toda la familia estaba entusiasmada con la compra e incluso los niños bautizaron al contenedor como 'Bluey', inspirado en la serie de animación.

El resultado es algo similar a un microapartamento: una cocina, baño, comedor, salón y un dormitorio único donde duermen los cuatro. A pesar de todas las ventajas que tiene vivir en un contenedor, no todo es tan idílico y barato como parece.

2.100 euros de luz

La parte menos idílica llega cuando suben las temperaturas. Vivir en una estructura metálica tiene sus consecuencias: a partir de los 25 grados, el interior se convierte en un horno.

Para sobrevivir a los meses de verano, la familia depende de aires acondicionados portátiles. Este detalle ha disparado sus facturas energéticas y pasaron de pagar unos 300 euros al año a más de 2.000.

En invierno la situación tampoco mejora ya que la calefacción depende de tres radiadores eléctricos que apenas logran mantener el ambiente cálido sin vaciar la cuenta corriente.

Un proyecto de vida con inconvenientes

A pesar de los inconvenientes, que les han impedido ahorrar todo lo que tenían previsto, aseguran que la experiencia está siendo positiva, sobre todo para sus hijos, que están participando activamente en la reforma de su nuevo hogar.

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