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A favor de la democracia

Los manifestantes de Hong Kong cantan "Dios salve a la Reina" para llamar la atención de Reino Unido

Decenas de personas entonan "Dios Salve a la Reina" frente al Consulado Británico de Hong Kong. Piden así a su antigua metrópoli que presione a China para que respete su sistema de libertades.

Cientos de manifestantes en Hong Kong han cantado "Dios salve a la Reina" y han ondeando banderas de Reino Unido frente al consulado británico en la región para exigir que la antigua potencia colonial garantice el cumplimiento, por parte de China, de sus compromisos con las libertades de la ciudad.

El territorio gobernado por China ha sido sacudido durante las últimas semanas por una serie de protestas a favor de la democracia.

Hong Kong volvió bajo soberanía china en 1997 gracias a un acuerdo con Reino Unido por el cual China se comprometía a mantener el régimen de derechos y libertades del que había disfrutado el territorio durante el dominio colonial, lo que dio lugar al principio de 'un país, dos sistemas'.

Sin embargo, muchos ciudadanos de Hong Kong temen que Pekín esté destruyendo esa autonomía. "La declaración conjunta chino-británica está ANULADA", precisaba una pancarta. "SOS Hong Kong", alertaba otra.

"Un país, dos sistemas está muerto", gritaban en inglés algunos de los manifestantes."Estoy aquí para exigir que Reino Unido proteja los derechos de nuestros ciudadanos en Hong Kong y que hable en nombre de Hong Kong en virtud de la Declaración Conjunta", ha dicho uno de los manifestantes.

"La declaración conjunta es un tratado legalmente vinculante entre el Reino Unido y China que sigue siendo tan válido hoy como lo era cuando se firmó y ratificó hace más de 30 años", explicó en junio una portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores británico. "Como co-signatario, el gobierno de Reino Unido continuará defendiendo nuestra posición", agregó.

El Frente Civil de Derechos Humanos ha convocado una manifestación masiva en Victoria Park, justo al este del distrito comercial central, pero la Policía ha denegado el permiso debido a los enfrentamientos previos durante las últimas semanas.

A principios del mes de septiembre, la líder de Hong Kong, Carrie Lam, anunció una serie de concesiones a los manifestantes en un intento por poner fin a las movilizaciones, incluida la retirada definitiva de la ley de extradición, la norma que provocó el inicio de las movilizaciones. Los manifestantes han asegurado que la rectificación del Gobierno hongkonés llega demasiado tarde.

China, por su parte, niega la acusación de intromisión e insiste en que Hong Kong es un "asunto interno". Además ha denunciado las protestas, acusando a Estados Unidos y Reino Unido de fomentar esta situación de inestabilidad, y ha advertido de los daños que está provocando en la economía.

Además de pedir la retirada del proyecto de ley de extradición y la liberación de los detenidos por violencia, los manifestantes quieren una investigación independiente sobre la percepción de la brutalidad policial, la retirada de la palabra "motín" para describir las manifestaciones y el derecho del pueblo de Hong Kong a elegir a sus propios líderes. Las protestas han hecho que el presidente chino Xi Jinping se enfrente a su mayor desafío popular desde que llegó al poder en 2012.

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