Acoso infantil
Un hombre queda con una niña de 12 años para abusar de ella, la familia lo descubre y le desfigura la cara
La Policía no descarta que el detenido sea responsable de otros casos de acoso y abuso de menores en la zona.
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Un hombre de 25 años ha sido detenido en El Dorado, Argentina, acusado de acosar sexualmente por internet a una niña de 12 años.
Según publican medios argentinos, la madre de la menor descubrió mensajes que tenía su hija con el detenido a través de la red social Instagram. La madre decidió hacerse pasar por su hija para intentar atraparlo.
La mujer consiguió que el hombre accediera a una cita y acudió al encuentro acompañada de sus familiares y un grupo de vecinos. El hombre se presentó al Club Estrella del Norte del barrio Belgrano, allí fue reducido a golpes por la familia de la menor.
Según las imágenes publicadas por el medio 'Misiones Online', el joven acabó con la cara desfigurada. Los agentes de Policía llegaron al lugar de los hechos y pudieron impedir que los familiares hicieran más daño al hombre.
Tras su detención llevada a cabo por efectivos de la división Comando Radioeléctrico local, acusado de acoso y abuso sexual online. Los agentes no descartan que sea responsable también de otros casos de similares características en la zona.
¿Qué es el grooming?
Según revela 'Save The Children', el grooming es una formas delictivas de acoso que implican a un adulto que se pone en contacto con un niño, niña o adolescente con el fin de ganarse poco a poco su confianza para luego involucrarle en una actividad sexual.
Esta práctica tiene diferentes niveles de interacción y peligro: desde hablar de sexo y conseguir material íntimo, hasta llegar a mantener un encuentro sexual.
Se trata de un proceso en el que se produce un vínculo de confianza entre la víctima y el acosador. Este intenta aislar poco a poco al menor, y lo consigue desprendiéndolo de su red de apoyo (familiares, profesores, amigos, etc.) y generando un ambiente de secretismo e intimidad.
En el caso del online grooming el abusador envía, a través de un medio tecnológico, material sexual al niño o niña. Además, se suele hacer pasar por menor y adapta el lenguaje a la edad de la víctima. Es una violencia igual de real que la física, pero de la que no se puede huir, informa esta ONG.
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