Cambio de sexo

Denuncia a su psiquiatra por aprobar su cambio de sexo a pesar de tener una única sesión con ella

La mujer comenzó su cambio de sexo en el año 2010. Ahora, alega que las secuelas de aquella intervención son "devastadoras".

Cambió de sexo y denunció a su psiquiatra por negligencia

Cambió de sexo y denunció a su psiquiatra por negligenciaPixabay

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Desde pequeña Jay Langadinos no se identificaba como mujer, género con el que nació. Con 19 años conoció al psiquiatra Patrick Toohey, después de una revisión con un endocrinólogo al que le comentó que "siempre había sentido que era un niño en lugar de una niña".

El psiquiatra afirmó que sufría disforia de género

El endocrinólogo fue quien la derivó a Toohey alegando que necesitaba "un examen psiquiátrico completo antes de embarcarse en un tratamiento hormonal". Después de eso tuvo lugar la primera reunión entre paciente y especialista.

El psiquiatra revisó la situación de la joven australiana para determinar si efectivamente era apta para someterse al tratamiento de transición. Después de ese encuentro el facultativo dictaminó que Langadinos sufría de disforia de género por lo que aprobó la terapia.

Según el escrito de demanda presentado en la Corte Suprema de Nueva Gales del Sur (Australia) y citado por el 'Sydney Morning Herald', Toohey autorizó la mastectomía doble, para extirparle ambos senos, y el tratamiento detestosterona.

De forma inmediata, y de acuerdo al requerimiento, Toohey afirmó que no había encontrado ninguna "contraindicación psiquiatra para proceder con la histerectomía, resección quirúrgica del útero, como parte de la transición de género", allanando así el terreno para que la joven, que en ese entonces ya había cumplido los 22 años, se sometiera a una nueva cirugía.

Las secuelas de las intervenciones

Ahora, casi 10 años después de aquella intervención Legandinos ha reconocido que ya no se identifica como hombre y ha demandado a Toohey por negligencia profesional. A su juicio, el especialista no le recomendó una segunda opinión antes de extirparle el útero.

Además ha explicado que cuatro años después de su última operación tuvo que recibir tratamiento psiquiátrico de otro médico: "Se dio cuenta de que no debería haberse sometido a la terapia hormonal ni a la primera y segunda cirugía".

La demandante también ha asegurado que las hormonas y las cirugías le provocaron lesiones y complicaciones, como ansiedad, depresión y deterioro del funcionamiento psicológico. Para ella, es "devastador" saber que no podrá tener hijos.

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