La antigua estrella de la NBA Dennis Rodman viaja desde el aeropuerto de Pekín hacia Pyongyang, acompañado de otros exjugadores como Vin Baker o Cliff Robinson, con quienes disputará un partido de exhibición para celebrar el cumpleaños del líder norcoreano, Kim Jong-Un. A su llegada al aeropuerto de la capital china, donde acaparó toda la atención, Rodman mostró su aprecio por Kim antes de partir hacia Pyongyang, según los medios locales. "Es mi amigo... Le quiero", señaló Rodman, ataviado con un pañuelo fucsia y sus tradicionales gafas de sol.
El exjugador de baloncesto, fuertemente criticado en su país por su estrecha relación con el régimen norcoreano, dijo confiar en que el partido que se disputará para conmemorar el aniversario de Kim Jong-Un abra la puerta al diálogo "sobre ciertos temas". "Pero no voy a sentarme ahí y decirle: 'Ey, estás haciéndolo mal. No es la manera de hacer las cosas", explicó Rodman, quien con esta visita sumará ya cuatro a Corea del Norte.
La última vez que el exjugador viajó a es país fue hace menos de un mes, cuando dedicó cinco días a preparar el partido de veteranos que se celebrará el próximo día 8 y que enfrentará a los deportistas retirados de la NBA y la selección de baloncesto norcoreana, a la que ha entrenado el propio Rodman. La exestrella, quien busca lograr un mayor entendimiento con Corea del Norte a través de la "diplomacia del baloncesto", se ganó la amistad del líder norcoreano, al que se considera fan de los Chicago Bulls, el pasado febrero, cuando viajó a Corea del Norte para rodar un documental.
Rodman es uno de los escasos extranjeros que mantienen contacto personal con Kim Jong-Un desde que tomó las riendas del Estado totalitario. Ello le ha provocado todo tipo de críticas en EEUU, cuando Corea del Norte mantiene retenido desde 2012 a Kenneth Bae, un ciudadano estadounidense acusado de realizar en el país actividades ilegales como misionero cristiano.
El cumpleaños que celebrará este miércoles el joven líder norcoreano se producirá menos de un mes después de conocerse la última decisión del dictador para validar su régimen: la ejecución de Jang Song-thaek, su tío y exnúmero dos en la escala de poder. Un suceso que, según señaló hoy la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, evidencia que el Norte "es más impredecible que nunca".