Cónclave

Cristóbal López Romero, el cardenal que no quiere ser Papa

Es el arzobispo de Rabat. Considerado uno de los fieles seguidores de los pasos de Francisco, apuesta por una Iglesia aperturista, interreligiosa, fijándose en los inmigrantes y desfavorecidos.

Cristóbal López Romero: el cardenal que no quiere ser Papa

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"Si me eligen Papa huyo". Así lo dijo el cardenal Cristobal López Romero, arzobispo en Rabat: "Absolutamente no. Habría que estar loco para querer aceptar una responsabilidad así. Ser obispo de Rabat ya en muchas ocasiones me parece que me sobrepasa en extesión e intensidad. Imagínate lo que sería estar al frente de toda la Iglesia universal".

De 72 años, nacido en Almería, con nacionalidad también paraguaya, es conocido por su defensa del diálogo interreligioso y su apertura al mundo islámico. "A mucha gente le ha molestado que el Papa esté tan cercano a los musulmanes, que critique las políticas migratorias de los países ricos, que reclame por las injusticias... Todo eso les ha molestado. A muchos les ha levantado ampollas porque se han sentido tocados y criticados".

Un periodista en la Santa Sede

Diplomado en Magisterio, Licenciado en Estudios Eclesiásticos, es también Licenciado en Ciencias de la Información. Un hombre en contacto con los medios de comunicación, que ofrece numerosas entrevistas y no duda en pronunciarse con rotundidad y claridad sobre los temas más espinosos de la actualidad. Durante su estancia en Paraguay fue presidente y fundador de la Asociación de Comunicadores Católicos de Paraguay. En este mismo país fue también miembro del consejo asesor del Ministerio de Educación. Durante dos años se dedicó a la pastoral juvenil en el colegio salesiano de Asunción y posteriormente fue delegado provincial de pastoral juvenil vocacional.

No le gusta poner etiquetas a las personas. Y por eso no habla de cardenales progresistas o conservadores. Aunque puestos a demostrar sus preferencias... "Me gustaría un Papa que fuese continuista con la labor de Francisco. A pesar de que haya quien diga que ha sido el peor Papa de la historia. Cada uno habla de la feria según le va en ella". Junto a Bergoglio recorrió en 2019 parte de Marruecos en un pequeño coche, con la única compañía de un conductor y un escolta. "Fue una audiencia muy privada", nos confesaba de forma jocosa desde la capital alauita.

El mundo está ya demasiado polarizado, ha dicho, como para que también lo esté la iglesia.

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