Guerra Israel
Así ha quedado 'Kfar Aza', el kibutz en el que masacraron a 40 bebés
"No es una guerra, no es un campo de batalla. Es una masacre, es una actividad terrorista", ha dicho el General israelí Itai Veruv.
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Entre casas quemadas, muebles esparcidos por todos lados y vehículos incendiados. Así yacían los cuerpos de residentes israelíes y militantes de Hamás en los terrenos del kibutz Kfar Aza, mientras los soldados israelíes iban de casa en casa para llevarse los muertos.
Las Fuerzas de Defensa de Israel condujeron a la prensa extranjera al lugar, que es una de las zonas más afectadas por el ataque de militantes de Hamás a Israel desde la Franja de Gaza. "Ves a los bebés, a las madres, a los padres, en sus dormitorios, en sus salas de protección y cómo los terroristas los matan. No es una guerra, no es un campo de batalla. Es una masacre, es una actividad terrorista", dijo el General israelí Itai Veruv. "Es algo que nunca vi en mi vida. Es algo que solíamos imaginar de nuestros abuelos y abuelas en el pogromo en Europa y otros lugares. No es algo que suceda en la nueva historia".
Muchos de los reporteros que estuvieron en el lugar hacen referencia a la imagen de los bebés como lo más duro que presenciaron. "Los bárbaros de #Hamas masacraron a 40 bebés durante los ataques del 7 de octubre en Israel. Israel honrará a cada una de las víctimas de estos atroces ataques terroristas islamistas. No nos detendremos ante nada para hacer que estos terroristas paguen un alto precio", precisan en la red social 'X' la Embajada de Israel en Francia.
Vieron el cuerpo de un residente cubierto tan solo por una sábana de la que sobresalía un pie descalzo. Entre el caos, una almohada y otros objetos de la casa yacían esparcidos, igual que los cuerpos de otras personas. Un panorama desolador. Además, una puerta destruida en el perímetro del kibutz dejaba ver el lugar por el que habían entrado los hombres armados.
Algunas las casas quedaron prácticamente destruidas durante el ataque, es posible ver paredes derrumbadas y quemadas. Las tropas israelíes se desplazaban casa por casa para recuperar cadáveres de civiles en bolsas para cadáveres. No había sido posible capturarlos antes porque aún se encontraban luchando contra hombres armados y trabajando en trampas explosivas.
Según un portavoz militar, el número de muertos por los ataques de Hamas había aumentado a 900, la mayoría de ellos civiles asesinados a tiros en sus casas, en la calle o en una fiesta de baile.
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