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DESCANSO EN BUENOS AIRES

Los argentinos importan la siesta como negocio

En la caótica y bulliciosa Buenos Aires, qué mejor que parar un segundo, sacar quince euros de la cartera y recargar pilas con una siesta. Nos han copiado pero nosotros les cedemos esta costumbre tan sana con mucho gusto.

El cliente perfecto de un siestario es alguien acelerado, estresado, cansado y con poco tiempo. La siesta que se ofrece en este negocio de Buenos Aires no es la clásica de pijama y orinal pero a cambio incluye aromas, luces y música que incitan al descanso.

La siesta se lleva a cabo cumpliendo los consejos médicos, máximo treinta minutos de sueño y en una cama que no sea totalmente horizontal.  ¿Quién se resiste así a una buena desconexión en el centro de Buenos Aires?

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