La crisis económica ha sido la peor pesadilla para la mayoría de los gobiernos de la zona euro. Uno a uno han ido sufriendo duras derrotas electorales que han provocado una renovación del mapa político. El primer país en enfrentarse al duro baremo de unos comicios fue Reino Unido y en esa cita los laboristas sufrieron la mayor derrota de su historia llevando a los conservadores a formar un gobierno de coalición con los liberales, el primero en 70 años.
De derechas y de izquierdas, nadie parecía capaz de resistir los embistes provocados por la dura recesión económica en la que está inmersa Europa hasta Angela Merkel. La canciller alemana ha logrado en las últimas elecciones el mejor resultado de los conservadores en las dos últimas décadas con el 41,5% de los votos.
Con la tasa de desempleo más baja de las últimas dos décadas y unas cuentas públicas saneadas, los votantes han confirmado las tesis de los analistas y politólogos: Alemania no quiere el cambio.
Francia, Bélgica y Holanda también cambiaron sus representantes políticos en los primeros años de ajustes. En el caso del país vecino el conservador Nicolas Sarkozy derrotado de forma incontestable por el socialista François Hollande. Los belgas y los holandeses castigaron a los democristianos.
En 2011 fue el turno de una Irlanda ya intervenida, tras convocar de forma anticipada las elecciones, el Partido Republicano que ostentaba el poder desde 1997 fue derrotado frente al conservador Fine Gael. A punto de ser rescatada Portugal vivió su primera etapa de rigurosos ajustes ya bajo la batuta de Passos Coelho. En Dinamarca el bloque de centroizquierda ganó los comicios generales sacando del poder a la centroderecha que gobernaba desde el 2000.
En nuestro país la victoria del PP fue contundente y con ella se puso fin a dos legislaturas del PSOE dirigido por Rodríguez Zapatero a la que la sociedad culpó de no saber reconocer la recesión en la que el país se sumergió. El 20 de noviembre de 2011. Rajoy logró una mayoría absoluta que todavía defiende.
Grecia e Italia constituyeron dos casos especiales ya que sus ejecutivos fueron sustituidos por dos equipos tecnócratas. En el país de 'la bota' tras la dimisión de Monti, Giorgio Napolitano a sus 87 años pasó a ser el Presidente de la República.
Finlandia mantiene su gobierno conservador y en Eslovaquia, tras las elecciones generales de 2012, los socialdemócratas se impusieron al bloque conservador.
